La Secretaría de Estado del Vaticano ha remitido un escrito a la Editorial Sevilla Press en la que transmite el agradecimiento del Papa Francisco tras haber recibido un ejemplar especial del libro ‘Cómo llora Sevilla’ del religioso jesuita Ramon Cué, que cuenta la historia de la Semana Santa hispalense.
«Agradece este amable gesto en nombre de Su Santidad», recoge textualmente la misiva de la Secretaría de Estado, según informa la editorial.
El libro también ha sido enviado al arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, al Superior de la Compañía Jesuita en España, Antonio José España, y al presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla Francisco Vélez de Luna.
La edición de Sevilla Press es la numero 17 y presenta como portada una foto de la Esperanza Macarena de Fernando Salazar y Ángel Bajuelo. La primera edición del libro se publicó en 1947.
«Hemos querido unir los mejores textos y las mejores fotos de la historia de la Semana Santa de Sevilla», ha comentado el editor, el periodista Miguel Gallardo Rodríguez quien agradece también a la Compañía de Jesús las facilidades que en todo momento han dado para la cesión de los derechos del autor de los que son propietarios.
En concreto, el texto se acompaña de 30 fotografías a todo color, seleccionadas como las mejores de los fotógrafos de Semana Santa Fernando Salazar y Ángel Bajuelo, autores de cientos de carteles y merecedores de muchos premios en su larga vida profesional.
Entre los prologuistas se encuentran Luis Carlos Peris, Francisco Correal, Juan Salas, Isabel Fayos, Mariola Agujetas, Eduardo Dávila Miura, Enrique Casellas, Marina Bernal, Miguel Gallardo, Paco García, José Vicente Dorado, Fran López de Paz y Fernando Iwasaki.
Completa esta edición una extensa biografía del Padre Ramón Cué realizada por la Compañía de Jesús y en la que se relata desde su infancia en México hasta su fallecimiento hace 19 años en España, incluyendo su expulsión de España junto a los Jesuitas.
Ramon Cué llevaba ya tres años siendo jesuita cuando, con 32 años, llegó a Sevilla para seguir sus estudios de Historia de América en la Universidad hispalense. Aquí conoció a cinco jóvenes cofrades universitarios que fueron los que le enseñaron en 1947 la única Semana Santa que vivió y conoció. Al marcharse prometió a los cinco jóvenes que les mandaría un libro con las vivencias de esos días.