La piratería en el golfo de Guinea es un fenómeno al alza, con un número creciente de ataques y de secuestros de tripulantes que genera preocupación no solo a nivel regional, sino mundial, por el impacto económico que tiene. Pero, a diferencia de lo que se vivió en el Cuerno de África, donde Somalia no tenía capacidad para afrontar el problema, aquí los países ribereños están actuando, con apoyo de otros, entre ellos España.
Según el último informe del Centro de Información sobre Piratería (PRC) de la Oficina Marítima Internacional (IMB), en 2020 hubo un total de 195 casos de piratería y de robo armado contra barcos en el mundo, frente a los 162 de 2019, un aumento motivado principalmente por el incremento de la actividad en el golfo de Guinea, donde hubo 82.
De hecho, de los 135 tripulantes que fueron secuestrados de sus barcos el año pasado, el 95 por ciento se produjeron en esta región, que registró su récord, con 130 marinos secuestrados en un total de 22 incidentes -en 2019 fueron 121 secuestrados y 17 incidentes-.
El informe destaca también que en uno de cada cuatro barcos que fueron atacados en esta región hubo algún tripulante secuestrado y que en el 80 por ciento de los incidentes los asaltantes iban armados.
Además, llama la atención sobre el hecho de que los atacantes cada vez actúan más lejos de la costa, por lo que la PRC recomienda que la navegación por aguas del golfo de Guinea se haga a 250 millas náuticas de tierra firme.
«Las últimas estadísticas confirman las crecientes capacidades de los piratas en el golfo de Guinea con cada vez más ataques que se producen más lejos de la costa», resaltó tras la publicación del informe el director de la IMB, Michael Howlett.
En su opinión, esta «preocupante tendencia» solo puede resolverse «mediante un mayor intercambio de información y coordinación entre barcos y agencias de respuesta en la región». «Pese a la rápida acción de las armadas regionales, sigue habiendo una necesidad urgente de abordar este delito», sostuvo.
Los ataques han continuado en 2021. El pasado 23 de enero, el buque container ‘Mozart’, de bandera liberiana y tripulación mayoritariamente turca, fue atacado por hombres armados, lo que se saldó con un marinero muerto, de nacionalidad azerí, y otros quince secuestrados, todos turcos.