Con la llegada de la nueva era han ido cambiando un poco las prioridades de las personas, de esta forma, lo que antes se consideraba casi obligatorio ha pasado a un segundo plano por cosas a las que no se les prestaba la suficiente atención, entre estas cosas está el cuidar de uno mismo, ¿y qué mejor forma que empezando por nuestra piel? Hay diferencias entre una piel seca y una deshidratada. Por eso te traemos el por qué no deberías usar cremas hidratantes a diario.
1La deshidratación y algunas de sus causas
El mundo ha cambiado radicalmente, parte de este cambio ya se veía venir con la digitalización a inicios del año 2000, pero la mayor parte era algo totalmente insospechado para la mayoría. Uno de estos cambios ha sido las prioridades de las personas, y ha puesto de moda un concepto un poco ignorado por la mayoría: el amor propio.
La autoestima, el amor propio o como prefieras llamarle es uno de los mayores cambios que se puede notar, mayormente entre los jóvenes, este va más allá de un cambio físico o de rutina, se trata de crecer como persona y ser nuestra prioridad número uno, sin embargo, la mejor forma de iniciar los cambios es por cosas pequeñas, como por ejemplo cuidar nuestra piel.
La deshidratación puede ser por muchos factores, entre estos podemos mencionar: emocionales, ambientales, externos, productos cosméticos o como consecuencia de algún tratamiento con fármacos. Una combinación de todos los factores antes mencionados suele ser el porqué de nuestra deshidratación, aunque nunca se puede saber a menos que vayamos con un experto.
Cabe mencionar que no es lo mismo tener la piel deshidratada a tener la piel seca, la deshidratación es un estado pasajero, producto de uno o más factores como los antes mencionados y que se puede tratar para que esta esté hidratada, mientras que la piel seca es un tipo de piel, la cual es incómoda todo el año. Debido a esto, una piel grasa, mixta o seca puede estar deshidratada.
Generalmente para evitar la deshidratación de la piel se recomienda tomar mucha agua, incluir en la rutina de cuidado de la piel algún producto hidratante, o en caso de no tener una rutina de cuidado iniciar una. Aunque estos consejos puedan ser útiles lo mejor siempre será consultar con un especialista para tener un tratamiento más personalizado.