La banca europea cuenta con colchones de capital suficientemente importantes como para resistir un impacto significativo de la crisis y contribuir a la reactivación de la economía con la concesión de nuevos préstamos si se implementan las políticas adecuadas, según concluye el Fondo Monetario Internacional (FMI), que apoya mantener las restricciones al reparto de dividendos hasta que la recuperación cobre impulso.
«Aunque la pandemia disminuya de manera significativa el capital de los bancos, sus reservas son lo suficientemente importantes como para resistir el probable impacto de la crisis. Además, con las políticas adecuadas, los bancos podrán ayudar a la recuperación con nuevos préstamos», señala la institución internacional.
En este sentido, tomando como base sus proyecciones del pasado mes de enero, el FMI anticipa una reducción del coeficiente de capital agregado de los bancos europeos desde el 14,7% al 13,1% para finales de 2021 si se mantienen las políticas de apoyo.
«Ningún banco incumplirá el requisito de capital prudencial mínimo del 4,5%, incluso sin políticas de apoyo», añade el Fondo.
En su análisis, la institución subraya la importancia de las políticas de apoyo implementadas para reducir el grado y la variabilidad de la erosión del capital de los bancos, puesto que debilitan de forma sustancial el vínculo entre el shock macroeconómico y el capital de las entidades, y disminuyen la posibilidad de que los bancos reduzcan la concesión de préstamos para conservar capital.
«Además de la reducción de los requisitos normativos de capital, estas políticas incluyen un amplio abanico de medidas de apoyo a los prestatarios, como son las moratorias de la deuda, las garantías de crédito y los procedimientos de insolvencia aplazados. También incluyen donaciones, medidas de alivio tributario y subsidios salariales para las empresas», añade.
A este respecto, concluye que los bancos de las economías emergentes de Europa, fuera de la zona euro, sufrirían una erosión mayor del capital de 2,4 puntos porcentuales, ya que en muchos de estos países, unos presupuestos públicos más ajustados se traducen en un nivel de apoyo menor.
En cualquier caso, el FMI advierte de que «la velocidad de la recuperación es fundamental», señalando que una recuperación dilatada podría resultar en pérdidas crediticias mucho mayores y en provisiones más altas para las entidades.
De este modo, recomienda mantener las políticas de apoyo por la pandemia hasta que la recuperación esté firmemente consolidada, ya que su retirada prematura podría crear ‘efectos acantilado’ y amenazaría con asfixiar la oferta de crédito justo cuando más se necesita y solo una vez que la recuperación cobre impulso deben endurecerse los criterios y focalizarse mejor.
MANTENER RESTRICCIONES A LOS DIVIDENDOS.
Asimismo, el FMI pide a los supervisores especificar el calendario para las reservas de capital de los bancos, permitiendo así que los bancos reconstruyan las reservas de capital de forma gradual para conservar la capacidad de préstamo, mientras que apoya mantener las restricciones al reparto de dividendos hasta que la recuperación se haya consolidado.
«Deben mantenerse las restricciones al reparto de dividendos y la recompra de valores hasta que la recuperación esté bien en marcha», afirma.
Por otro lado, a medida que finalicen las medidas de apoyo, advierte de que el retraso en el reconocimiento de pérdidas probablemente desencadenará una ola de impagos crediticios, por lo que recomienda a las autoridades de la UE utilizar los test de estrés de julio de 2021 para analizar la necesidad de recapitalizaciones precautorias.
Además, propone reforzar los mecanismos de insolvencia, para lo que deberán abordarse los obstáculos administrativos y establecer procedimientos acelerados de reestructuración de la deuda.
En cuanto al problema de la baja rentabilidad de la banca europea, considera necesarios varios años para que las entidades puedan reconstruir su capital de forma interna mediante beneficios no distribuidos, por lo que señala que los bancos deben mejorar sus ingresos al margen de intereses y simplificar sus operaciones para mejorar sus estructuras de costes.
«La consolidación podría mejorar la eficiencia de los bancos, al tiempo que facilitaría una mejor asignación del capital y la liquidez dentro de los grupos bancarios», apunta.