Las especies de elefantes africanos, el de bosque y el de sabana, han pasado a engrosar las categorías de «en peligro crítico» y en «peligro» respectivamente, en la lista roja de la Unión Internacional de Conservación por la Naturaleza (UICN), que por primera vez ha analizado por separado estas dos especies tras aparecer nuevas pruebas genéticas que apuntan que son diferentes.
La UICN alerta de que la situación de los elefantes de África ha empeorado, ya que hasta ahora –aunque considerados una sola especie– estaban en la categoría de ‘vulnerable’. La lista roja de la UICN incluye 134.425 especies de las que 37.480 (27,88 por ciento) están en peligro de extinción.
El director general de la UICN, Bruno Oberle, ha destacado el papel «clave» que desempeñan los elefantes «en los ecosistemas y las economía» así como en el «imaginario colectivo de todo el mundo.
Sin embargo, ha añadido que las nuevas evaluaciones de la ambas especies coinciden en las presiones persistentes a las que se enfrentan estos «animales emblemáticos». Orbele exige «poner fin urgentemente» a la caza furtiva y garantizar que se conserven suficientes hábitats adecuados tanto para los elefantes de bosque como para los de sabana.
Además, destaca que en los últimos años varios países africanos «ya van mostrando el camino» y están demostrando que se puede revertir la tendencia de disminución de los elefantes. «Debemos trabajar juntos para garantizar que se pueda seguir su ejemplo», ha defendido.
De acuerdo con las últimas evaluaciones el número de elefantes en todo el continente ha disminuido. En concreto, los ejemplares de elefantes de bosque africanos se ha reducido en más de un 86 por ciento en los últimos 31 años, mientras que la población de elefantes de sabana africanos lo ha hecho en al menos un 60 por ciento en los últimos 50 años, según las evaluaciones.
La UICN subraya además que ambas especies han experimentado «fuertes disminuciones» desde 2008 por un «aumento significativo» de la caza furtiva, que llegó a su máximo en 2011 y que sigue amenazando a las poblaciones. Otros factores de amenaza son la continua de sus hábitats, principalmente para usos agrícolas, entre otros usos de la tierra.
El informe de la UICN ‘Situación de los Elefantes Africanos de 2016’ ofrece los datos fiables más recientes de la población del continente de las dos especies combinadas, en torno a 415.000 individuos.
No obstante, el documento valora también el impacto positivo de los esfuerzos de conservación, como las medidas contra la caza furtiva en terreno; una legislación más favorable y una planificación del uso de las tierras que busca fomentar la coexistencia entre humanos y vida silvestre, que según la UICN han sido «clave para el éxito» de su conservación.
De hecho, añade que algunas poblaciones de elefantes de bosque se han estabilizado en áreas de conservación gestionadas adecuadamente, en Gabón y la República del Congo.
En cuanto al número de elefantes de sabana, refleja que también se ha mantenido estable, especialmente en el área transfronteriza de conservación Kavango-Zambeze, que alberga la subpoblación más importante de esta especie a escala del continente.
El evaluador del grupo de elefantes africanos, el doctor Dave Balfour, ha explicado que aunque los resultados de la evaluación sitúan a la población continental de elefantes de sabana en la categoría ‘En peligro’, es importante tener en cuenta que a nivel de algunos sitios, algunas subpoblaciones están prosperando. Por esta razón, ha añadido que se requiere una «considerable cautela y conocimiento local» para traducir estos resultados en políticas.
DOS ESPECIES DISTINTAS
La consideración como especies distintas de los elefantes de bosque y de sabana africanos es fruto de un consenso surgido entre expertos después de analizar nuevos estudios sobre la genética de las poblaciones de elefantes.
En concreto, los elefantes de bosque se encuentran en los bosques tropicales de África Central y en una variedad de hábitats en África Occidental. Su área de distribución rara vez se superpone con la del elefante de sabana, que prefiere las zonas abiertas y se encuentra en una variedad de hábitats en África subsahariana, incluidos pastizales y desiertos.
Se calcula que el elefante de bosque, que tiene una distribución natural más restringida, ocupa sólo una cuarta parte de su área de distribución histórica en la actualidad, con las poblaciones restantes más importantes en Gabón y la República del Congo.
En ese sentido, la evaluadora principal del grupo de elefantes africanos y miembro del grupo de especialistas en elefantes africanos de la CSE-UICN, la doctora Kathleen Gobush ha detallado que para este análisis, seis evaluadores utilizaron series de datos, algunos desde la década de 1960 y emplearon un enfoque de modelización totalmente basado en datos para consolidar, por primera vez, los esfuerzos de muchos equipos de investigación durante décadas.
«Los resultados muestran la dramática magnitud del declive de estos animales ecológicamente importantes. Con la demanda persistente de marfil y la creciente presión humana sobre las tierras silvestres de África, la preocupación por los elefantes africanos es alta, y la necesidad de conservar creativamente y manejar sabiamente estos animales y sus hábitats es más aguda que nunca», ha sentenciado.
A este respecto, la secretaria ejecutiva de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS), Amy Fraenkel, ha celebrado que el elefante de bosque y el de sabana ya están incluidos como dos especies separadas en el Anexo II de la Convención sobre las Especies Migratorias.
«Nos felicitamos del reconocimiento por parte de la UICN de esas dos especies distintas de elefantes africanos, y esperamos que esto conduzca a mayores acciones de conservación para ambas especies. En particular, el elefante de bosque ha sufrido drásticas disminuciones de sus efectivos en las últimas décadas», ha concluido.