El Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) debe ser pagado por las personas físicas que residen en España o son contribuyentes de las rentas que han obtenido durante 1 año natural. Este es el impuesto más importante de la Agencia Tributaria, esto se debe a su importancia cuantitativa. Este impuesto está basado en los principios tributarios:
- Capacidad económica.
- Progresividad.
- Generalidad.
El IRPF se aplica en todas las Comunidades Autónomas, especialmente en aquellas que puedan establecer las deducciones que se les aplican a la cuota. Además esta es una de las piezas fundamentales que conforman el sistema tributario de España, por lo que comprender su funcionamiento es básico y obligatorio para todos los ciudadanos.
Funcionamiento del IRPF
El Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas es un dinero que la Agencia tributaria aparta de las nóminas u otras rentas de prevención, por lo que después este se deberá pagar al realizar la declaración de este impuesto. Por ende, se puede decir que es una especie de anticipo que todos los ciudadanos realizan a Hacienda como una medida preventiva.
El Gobierno hace uso de las retenciones para poder financiarse, por ello es que este exige delante para así poder asegurarse de que todos los ciudadanos cumplen con una fracción de sus obligaciones. Será en función de las retenciones que hayan sido adelantadas, que se pagará aproximadamente el IRPF. En caso de que se haya retenido de más, la Agencia tributaria deberá devolver la diferencia. Pero de presentarse el caso contrario, será e contribuyente quien deberá pagar lo que reste a la Agencia Tributaria.
De esta forma, el Gobierno se asegura con las retenciones que se haya ingresado una parte de lo que se debe una vez que sea el momento de la liquidación.
La finalidad principal del Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas, es que todos los ciudadanos deben contribuir al sustento de los gastos públicos. De igual forma, intenta ayudar a las personas que se encuentra en una precaria situación. Así pretende poder contribuir con el desarrollo de una economía más eficiente, al promover y sancionar fiscalmente ciertas actividades.
Aunque existen algunas controversias con respecto a la posibilidad que el IRPF pueda contribuir a la estabilidad económica.
El IRPF y los autónomos
Los autónomos deben adelantar detenciones del IRPF, solo que en este caso no tendrá que realizar grandes cálculos. A diferencia de las empresas con la nómina de los trabajadores por cuenta ajena, en su lugar los trabajadores autónomos pueden contar con una amplia variedad de clientes. Como consecuencia de esto los ingresos no suelen ser fijos, y por ende esto dificulta bastante los cálculos que se deben hacer a lo largo de año. Por suerte la solución para esto es que la Agencia Tributaria establece unas tablas fijas de retenciones en función de la actividad en cuestión.
Pagar el IRPF es una obligación cívica
Todas las personas físicas que residan en España deben pagar este impuesto. Se les considera residentes en España a quienes viven su mayor parte del tiempo en el país, independientemente de su origen o nacionalidad. De esta forma los españoles residentes en el extranjero, a excepción de los diplomáticos, no tendrán que pagarlo. Mientras que los extranjeros con residencia en España sí tendrán que pagar el IRPF, a pesar de que no cuenten con nacionalidad española.
Pero cabe mencionar el que IRPF es un impuesto que no todo el mundo paga por igual, pues este intenta adaptarse a las circunstancias personales y familiares de las personas. El objetivo de este es poder tratar de la misma manera a los ciudadanos que se encuentren en la misma situación, pero que su vez se trate de distinta manera a las personas que se encuentren en diferentes circunstancias.
Calcular y pagar la renta
Generalmente la renta se estima de manera directa con la ayuda de algunos documentos, como las nóminas o la contabilidad de los negocios. Aunque esto solo es en algunos casos pues en ciertos negocios el cálculo de la renta se realiza mediante un estimado en función de las características objetivas conocidas de dichos negocios.
Por otra parte no se grava toda la renta, solo cuando se han deducido los gastos necesarios para poder generarla. En el caso de las cotizaciones de la Seguridad Social, estas son necesarias para poder obtener los salarios y por ende no se gravan. Esto mismo ocurre con las comisiones que se pagan en relación con los abonos.
Luego de la declaración se debe pagar la cantidad correspondiente al cálculo, aunque con la finalidad de no pagar todo el impuesto de una sola vez, la normativa exige que los pagadores de rentas retengas ciertas cantidades a cuenta del IRPF que les corresponda a pagar a los cobradores de dichas rentas.
Además, quienes realicen actividades económicas pagarán de manera fraccionada algunas cantidades a cuenta del impuesto antes de realizar la declaración de la renta. Y una vez realizada la declaración, si en caso de que se haya retenido una cantidad mayor de la que corresponde a pagar, se puede exigir el derecho a que Hacienda lo devuelva.