Tan solo unos días después de haber celebrado su primer cumpleaños tras el fallecimiento de su hijo Aless Lequio, Ana Obregón vuelve a la escena pública para recoger el premio Yago de Honor de la mano de Fernando Colomo. Intentando sacar la mejor de sus sonrisas a pesar del complicado momento que vive, la actriz se msotró visiblemente nerviosa en el photocall ya que, como ella mismo reconoció, ya se le ha ‘olvidado’ lo de posar para los medios.
Al igual que sucedió en la noche de fin de año, Ana volvió a confiar en uno de sus diseñadores preferidos para esta ocasión, Alejandro de Miguel. Apostando por el negro, la actriz lució un vestido midi de lentejuelas con escote asimétrico de lo más favorecedor. Siempre con la imagen de su hijo muy presente en cada uno de sus pasos, esta vez Ana lució un colgante con el nombre de Aless con el que demostró que él es el principal motor de su vida.
Aunque Ana pidió no hacer ninguna entrevista, la actriz reconoció que estaba muy emocionada por recibir un premio como el Yago de Honor: «Hombre me hace ilusión, claro que sí». En cuanto a cómo se encuentra, Ana fue muy sincera: «Bueno, ahí voy».
Tras varias horas en el interior de la gala donde recogió su galardon, Ana salió muy bien acompañada por su amiga Susana Uribarri que se ha convertido en uno de sus grandes apoyos en estos meses. Ejerciendo de fotógrafa para su amiga, Ana explicó que quería hacerse una fotografía para que su madre también pudiera disfrutar del premio. Volcada en su día a día con la creación de la Fundación Alless Lequio, Ana fue muy sincera cuando le preguntaron al respecto: «El Gobierno no hace ni caso».