Se le conoce como meralgia parestésica a la enfermedad caracterizada por causar entumecimiento, sensación de hormigueo y ardor en la parte externa de los muslos. El origen de esta enfermedad se debe a la compresión del nervio encargado de proporcionarle al muslo la sensibilidad a la superficie de la piel.
Las causas frecuentes de la meralgia parestésica suelen ser la obesidad, el embarazo, la ropa ajustada o el aumento de peso. Aunque esta enfermedad también se puede deber a otra enfermedad, como por ejemplo la diabetes, o incluso a algún traumatismo en la zona.
Lo cierto es que en la mayor parte de los casos, la meralgia parestésica moderada o leve puede aliviarse al aplicar algunas medidas. Pero en los casos de gravedad, la medicación es la medida más adecuada para aliviar las molestias, aunque en un reducido número de casos, una intervención quirúrgica es la solución.
Síntomas de la meralgia parestésica
La presión ejercida sobre el nervio cutáneo femoral lateral, el cual se encarga de proporcionar la sensibilidad a región superior del muslo, puede generar algunos síntomas como lo pueden ser:
- Sensación de hormigueo en la región externa lateral del muslo.
- Entumecimiento en la parte externa del muslo.
- Dolor y ardor en la superficie de la zona eterna del muslo.
Estos síntomas generalmente se manifiestan a un lado del cuerpo, y realizar actividades sencillas o incluso mantenerse de pie puede ser suficiente como para intensificar estas molestias.
Lo más adecuado es que cuanto presentes estos síntomas, visites a tu médico para realizar un diagnóstico de meralgia parestésica o hacer un descarte.
Causas de la meralgia parestésica
Por lo general la meralgia parestésica se manifiesta por la compresión constante del nervio cutáneo femoral lateral, el cual se encarga de proporcionarle al mismo la sensibilidad a la superficie de la piel. Este nervio es meramente sensitivo, por lo que afecta el movimiento de los músculos de las piernas.
En un elevado número de personas, el nervio cutáneo femoral lateral atraviesa la ingle hasta la región superior del muslo sin ningún inconveniente. Aunque en algunos casos de meralgia parestésica, este nervio puede quedar atrapado, generalmente, debajo del ligamento inguinal, el cual atraviesa la ingle desde la zona del abdomen hasta la región superior del muslo.
Algunas de las causas más frecuentes que pueden generar la compresión constante en la zona de la ingle pueden ser las siguientes:
- El incremento de peso u obesidad.
- Usar ropa demasiado ajustada.
- Embarazo.
- Tejido cicatricial cercano al ligamento inguinal, causado por alguna intervención quirúrgica o una lesión anterior
- Usar un cinturón demasiado ajustado.
La lesión del nervio cutáneo femoral lateral se puede deber a la diabetes y alguna lesión en la zona inguinal, como una caída u otro tipo de accidente. Pero entre algunos de los factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de padecer meralgia parestésica están los siguientes:
- El crecimiento del vientre durante el embarazo eleva la presión en la zona de la ingle, que es donde pasa el nervio cutáneo del muslo.
- Sufrir de obesidad o sobrepeso puede incrementar la presión en el nervio cutáneo femoral.
- La edad es otro factor de riesgo, pues la probabilidad de padecer de meralgia parestésica aumenta entre los 30 y los 60 años.
- La diabetes está asociada con algunas lesiones nerviosas, las cuales pueden provocar meralgia parestésica en algunos casos.
Diagnóstico de la meralgia parestésica
En gran parte de los casos, el diagnóstico de la meralgia parestésica se puede realizar mediante una exploración física y un vistazo al historial clínico. Es probable que el médico evalúe el nivel de sensibilidad del músculo en cuestión, pidiéndote que describas la sensación o el dolor, así como la zona afectada. En algunos casos el médico suele realizar algunas pruebas adicionales, como un examen de resistencia y reflejos, así podrá descartar otras causas de los síntomas.
Para el descarte de alguna otra enfermedad, es probable que el médico pueda recomendar alguna de las siguientes pruebas:
- Electromiografía, la cual consiste en medir las descargas eléctricas producidas en los músculos. Esto permite la evaluación y el diagnóstico de algunos trastornos de los nervios y los músculos. Para ello se coloca un electrodo de aguja fina en músculo, el cual permite registrar la actividad eléctrica de la zona.
- Pruebas por imágenes como la tomografía computarizada, la resonancia magnética o la radiografía, pueden ayudar a observar la zona de la cadera y la pelvis. Si bien este tipo de pruebas no suelen mostrar cambios particulares en la zona en esta región, pueden ayudar a descartar otras enfermedades que causen los mismos síntomas.
- Un estudio de conducción nerviosa también funciona como método de descarte. Para ello se colocan electrodo de parche sobre la zona y estos estimulan los nervios con un impulso leve de electricidad. Esto ayuda a la detección de los nervios dañados.
- El bloqueo nervioso mediante la inyección de anestesia es otra medida para la confirmación de la meralgia parestésica.
Tratamientos para la meralgia parestésica
Por lo general los síntomas de la meralgia parestésica suelen aliviarse con el pasar del tiempo, pues comúnmente el tratamiento está centrado en el alivio de la presión ejercida en los nervios.
Entre los tratamientos para la meralgia parestésica leve están los siguientes:
- Bajar de peso, en caso de padecer sobrepeso.
- Usar ropa holgada y suave.
- Tomar algunos analgésicos de venta libre como las aspirinas o el paracetamol.
Pero en caso de que los síntomas puedan continuar por más de dos meses o el dolor sea muy intenso, las medidas podrían ser las siguientes:
- Antidepresivos tricíclicos.
- Inyecciones de corticoesteroides.
- Medicamentos anticonvulsivos (pregabalina, gabapentina o fenitoína).
Solo en pocas ocasiones se suele considerar la intervención quirúrgica, y esto solo ocurre cuando se necesita descomprimir el nervio. Por lo general se recure a este método solo cuando los síntomas de la meralgia parestésica son muy graves y duraderos.