¿Sabías que la ingesta de carne y derivados es del 33,14% como fuente alimentaria principal en la población española?
Un estudio científico de sobre la distribución de macronutrientes y fuentes alimentarias en la población española, realizado por la Antropometría, ingesta y balance energético en España ANIBES, indica que la ingesta de proteínas se encuentra muy por encima de los límites recomendados, que están fijados en el 15% de la energía total.
A pesar de que la gastronomía española se caracteriza por ser muy variada, con platos de origen vegetal, cereales y verduras, conocida como la dieta mediterránea; el consumo de los productos cárnicos representa un peso alto e importante.
Las estadísticas indican que el español abusa de la ingesta de carne y, a su vez advierte que si los españoles limitan el consumo de productos cárnicos puede presentar una mejora en la salud, porque hay peligros que no sabes de consumir carne roja.
6Atención con las deficiencias en el cuerpo por no consumir carnes
El consumo de carne provee a nuestro cuerpo de determinados nutrientes como proteínas, hierro, calcio, zinc y vitamina B12. Por esa razón, decidir por un cambio de dieta radical no es prudente porque necesitarás una orientación para sustituir estos nutrientes con otros alimentos y, para ello la asistencia de un nutricionista.
Las proteínas, las puedes encontrar en los productos lácteos, huevos y pescados y mariscos. También tienes la opción por las proteínas de origen vegetal que se encuentran en la soja, lentejas, garbanzos, arroz o patatas.
El hierro, lo consumes mediante la ingesta de legumbres, almejas, ostras, espinacas, tofu, garbanzos, tomates, patatas y anacardos, entre otros.
El calcio importante lo obtienes en los productos lácteos. Además, lo puedes encontrar en alimentos como sardinas y salmón, vegetales de hojas verdes, zumos de frutas, nueces y semillas y legumbres.
El zinc en los mariscos, huevos, lácteos, productos de soja y nueces. Y, para terminar, la vitamina B12, que tiene un rol indispensable en la producción de glóbulos rojos, la consigues en los huevos y leche.
Y recuerda tener presente, que los cambios de dietas deben ser realizados de manera organizada, no radical y preferiblemente supervisada por expertos. Aún más, en aquellos casos donde existen condiciones de salud que ameritan vigilancia.