ERC y Junts han constatado esta semana dificultades en las negociaciones para pactar la formación del nuevo Govern que, en estos momentos, se centran en si el Consell per la República debe tener un papel en la futura legislatura: Junts quiere que éste órgano que dirige el expresidente Carles Puigdemont gane en poder de decisión en la estrategia independentista del Ejecutivo y ERC lo rechaza, explican fuentes de ambas formaciones.
Fuentes de Junts han asegurado que ERC quiere «desacreditar» el Consell per la República (CxRep) porque son conscientes de lo que para ellos representa y porque está encabezado por el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont.
«Nos hemos enrocado. El resto va avanzando. Las negociaciones no están rotas», sostienen dichas fuentes sobre los contactos que mantienen los equipos negociadores de Junts y ERC.
Por su parte, fuentes republicanas consultadas concretan que es Junts quien quiere poner sobre la mesa de negociación el papel del CxRep y les reprochan que pretendan «traspasar ciertos poderes de la Generalitat al Consell –poderes de decisión–, como si en ese órgano estuviera la verdadera Generalitat».
Estas fuentes consideran que hay que continuar trabajando para «conseguir restaurar la dignidad de las instituciones» –algo que creen que el expresidente Quim Torra no logró– porque quieren que en la nueva legislatura la Generalitat vuelva a ser protagonista, en sus palabras.
Así, se avienen a estudiar crear un órgano que aborde la estrategia independentista y quién debe formarlo, pero en ningún caso este nuevo espacio «debe sustituir el papel de la Generalitat», que es quien consideran que debe pilotar ese eventual proceso.
Subrayan que entre los actores que debe formar el nuevo órgano de coordinación independentista no incluyen al Consell per la República, que consideran que Junts había aparcado un tiempo y que ahora vuelve a situar en el tablero de negociación.
En el programa electoral de Junts a las elecciones catalanas, la formación de Puigdemont apostaba por distinguir bien el papel de las instituciones autonómicas y el del CxRep, institución que creen que debe «liderar políticamente el movimiento independentista y asumir la preparación de estructuras para el nuevo estado en un contexto seguro».
El partido cree que, en base al 1-O, la clave del éxito consiste en la suma combinada del trabajo de las instituciones y el apoyo de la movilización popular, acompañadas «de una labor de preparación y organización que no esté expuesta a la represión de el Estado», que es la parte que debería asumir el CxRep.
Así, Junts quería reconocer al Consell per la República como «autoridad nacional» y empoderarlo para liderar el movimiento independentista como depositario, a su juicio, del mandato del 1-O y a representarlos internacionalmente.
LA CUP
Fuentes de ERC aseguran que la CUP, que rechazó formar parte del órgano que preside Puigdemont, tampoco cree que se le deban traspasar poderes de la Generalitat ni dar más peso al Consell, y los republicanos aseguran sentirse más alineados con los ‘cupaires’ que con Junts.
La CUP es consciente de la situación, de la crisis y de cómo salir de ella, incluso estamos alineado ideológicamente en la estrategia sobre la independencia, la autodeterminación y el referéndum. Con ellos muy bien y con Junts nos cuesta un poco más», han confesado.
Además, creen que la CUP quiere aportar en el futuro Govern, pero con un papel «desde fuera» del Ejecutivo y no desde dentro, aunque destacan que las negociaciones están en curso y que no se han descartado escenarios.
La posibilidad de que la CUP entre en el Govern cada vez parece más alejada, aunque la decisión final sobre el papel de los ‘cupaires’ y su voto en la investidura de Aragonès acabará en manos de las bases de la formación en la próxima semana.
De momento las negociaciones de los ‘cupaires’ para alcanzar un acuerdo se están centrando con ERC, con quien tienen varios grupos de trabajo conjuntos sobre temas sectoriales, pese a que lamentan la falta de concreción de los republicanos, mientras que acusan a Junts de querer llevar un eventual acuerdo al límite y sin contar con ellos, como ocurrió con la elección de Laura Borràs como presidenta del Parlament, y de no estar poniendo las negociaciones fáciles.
Así lo expresaron en la conferencia que dio la CUP el miércoles, en la que propusieron una mesa de diálogo entre independentistas para tejer la estratagia hacia un nuevo «embate» contra el Estado.
De hecho, fuentes de ERC consideran que los de Puigdemont están replicando la misma estrategia en la negociación para hacer un Govern que la que siguieron para decidir quién formaría la Mesa del Parlament; un acuerdo que tuvo que esperar a que Laura Borràs diera el paso para acceder a la Presidencia del Parlament y que se selló sobre la bocina.
ECONOMÍA EN DISPUTA
Otro de los puntos de fricción de las negociaciones es quién debe ocupar la Conselleria de Economía, que «es evidente que las dos fuerzas quieren dirigir», afirman las fuentes de ERC ya citadas.
En las dos últimas legislaturas, con Junts en la Presidencia del Govern, ERC se ha quedado con Economía vinculando esta cartera a la Vicepresidencia de la Generalitat, primero con Oriol Junqueras y después con Pere Aragonès, y este modelo es el mismo que busca repetir Junts con Elsa Artadi al frente.
Los republicanos se sienten «orgullosos y herederos» de la gestión económica de Junqueras y Aragonès: este último consiguió cerrar un acuerdo de Presupuestos en la última legislatura con los comuns y quieren continuar al frente de la cartera.
Se antoja complicado que una Conselleria de Economía dirigida por Junts llegue a acuerdos con las formación de Jéssica Albiach –no han querido negociar el Govern precisamente por la presencia de los de Puigdemont– y no será taera fácil que Junts pueda cerrar un acuerdo con el diseño del plan económico de Catalunya con una fuerza anticapitalista como la CUP.
NUEVA ESTRUCUTURA DE GOVERN
Fuentes republicanas concretan que no han empezado a poner nombres sobre la mesa y, preguntadas por si ven a Laura Vilagrà como posible consellera de Presidencia, tal y como publica El Periódico, insisten en que no hay nada cerrado, pero que Vilagrá está llamada a «tener un peso predominante» en el futuro Ejecutivo.
Sobre si, en caso de ser Consellera de Presidencia, Vilagrà sería también portavoz del Govern tal y como lo es Merixtell Budó, han advertido de que el nuevo Ejecutivo que se está diseñando «no reproducirá el mismo modelo que el anterior».
«Que no se espere que se haga un Govern espejo. Se puede modificar el esquema, pueden haber fusiones de conselleries o cambios en la estructura de Govern», por lo que apuntan que el conseller de Presidencia no tiene por qué ser el portavoz del nuevo gabinete que se espera que dirija Aragonès.