Dicen por ahí que «Lo cortés no quita lo valiente». Este es uno de los aforismos más destacados para que vayas a la casa de alguien como invitado y te mantengas a la altura. No importa qué tanta confianza tengas con alguien, siempre has de saber qué hacer o no cuando una persona te abre las puertas de su hogar. Y es que, el día de hoy, te haremos mención de lo que nunca debes hacer con el fin de que tampoco quedes mal parado.
Puede que haya personas que no le hacen mucho caso que digamos a estas actitudes. Sin embargo, lo más importante es de qué forma estás llevando tus hábitos. Siempre es necesario que los mantengas como tu columna vertebral. Es así, como marcarás la diferencia con el resto, en aras respetar la privacidad de los demás, mientras habla bien de ti como ser humano.
2Ponerte cómodo sin que te lo hayan ordenado
Existen personas que abusan de la confianza; ese punto que deberías evitar, para que tengas la posibilidad de evaluar un poco cómo es tu conducta cuando visitas la casa de algún vecino, amigo o familiar. Por creer que son seres cercanos asumes de que tienes la posibilidad de hacer lo que quieras, pero no es así, es de mala educación que te pongas muy cómodo sin que el dueño te haya dicho que lo hagas.
Puede que estés cansado y quieras tomar asiento. No obstante, un anfitrión siempre se interesará por ti y te pedirá que te pongas cómodo. Desde allí, tienes una forma de utilizar el sofá y hacerlo con discreción. No te quites los zapatos, sé prudente en la forma de actuar, ya que las conductas pocos convencionales pueden pasarte factura.