La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha asegurado este jueves que comparte «al 100 por 100» con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, el programa de reformas en el ámbito laboral que se ha enviado a Bruselas en el contexto del programa de recuperación económica.
Calviño, en una entrevista en Onda Cero, indicó que las reformas laborales pendientes «no deben hablar del pasado sino del futuro», y ha defendido que es más fácil llegar a acuerdos con los agentes sociales con un «planteamiento equilibrado».
«Sería falso y nos engañaríamos si pensáramos que cambiando un artículo del Estatuto de los Trabajadores se resuelven todos los problemas», afirmó Calviño, que defendió desplegar un conjunto de reformas «de futuro».
En este punto y al ser preguntada si sus prioridades en materia laboral se acercan más a los planteamientos sindicales o empresariales, Calviño afirmó que para ella el objetivo prioritario es el paro juvenil y, para ello, aseguró que es necesario impulsar el crecimiento económico, recuperar a los trabajadores en ERTE, reducir la dualidad y recortar las modalidades de contratación a tres: empleo estable, temporal y de formación, y encontrar el encaje de los fijos-discontinuos.
Preguntada por las declaraciones del portavoz de Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, sobre que «de la reforma laboral no van a quedar ni los palos del sombrajo», Calviño dijo que es un «eslógan» que respeta, pero que ella está «más en la sustancia».
Así, la ministra ensalzó la importancia del diálogo social para aprobar las reformas con acuerdo y añadió que la actitud que han mantenido los agentes sociales en estos meses es de «enorme responsabilidad», algo esencial para encarar la pandemia y la «guía» que se debe mantener en el futuro.
Sobre la actitud de la CEOE, afirmó que está «convencida» de que la patronal quiere que el mercado de trabajo funcione «bien» y que las empresas tengan instrumentos de flexibilidad interna, y apuntó que esa es la línea que el Gobierno va a seguir, pero reforzando la protección de los trabajadores y garantizando empleos de calidad.
«TONO NEGATIVO» AL COMIENZO DEL AÑO
En cuanto a la evolución económica, Calviño admitió que enero y febrero han empezado con un tono «más negativo», lo que demuestra, dijo, que el Gobierno fue «extremadamente prudente» al aplazar la subida del SMI porque los primeros meses del año van a ser «duros».
En este momento, aseguró que los indicadores de los que dispone el Ministerio de Economía son «mixtos», algunos empiezan a «remontar», como la salida de los trabajadores de los ERTE, pero hay otros que están yendo con «poca alegría». No obstante, dijo que las perspectivas futuras son «positivas» y se notarán más según avance el proceso de vacunación.
NIEGA FALTA DE CONFIANZA EN ESPAÑA
Sobre algunas voces empresariales que lamentan la falta de estabilidad política en España, la ministra afirmó que lleva escuchando esto desde 2018 y que ya se ha «acostumbrado» a trabajar en este contexto, pero aseguró que el Gobierno ha mejorado la confianza en España, como se observa por el interés de los inversores en el país o por las emisiones del Tesoro.
«Desde hace dos años y medio tenemos una hoja de ruta económica muy clara», indicó Calviño, quien admitió que los gobiernos de coalición tienen sus «peculiaridades», pero que la «hoja de ruta responsable y progresista no ha cambiado de rumbo».
En este sentido, dijo que los cambios que se introducirán en el Gobierno como consecuencia de la salida de Pablo Iglesias -su Vicepresidencia pasará a ser la segunda-, no van a modificar el funcionamiento de la política económica del Ejecutivo, dado que ella seguirá presidiendo la Comisión Delegada de Asuntos Económicos. «No tengo ninguna noticia de que vaya a haber un cambio sustantivo en relación a como trabajo», reiteró.