La alegría se desató en el FC Barcelona cuando el pasado 7 de marzo se dio la noticia de que Joan Laporta había ganado las elecciones y se se convertiría en el nuevo presidente de la institución catalana. El que ya fuera mandatario del club blaugrana del 2003 a 2010, se impuso en esta ocasión en los comicios a Víctor Font y a Toni Freixa con un total de 30.184 votos; es decir que el 54,28% de los electores lo eligió para llevar el destino del club una vez más. Sin embargo, toda la algarabía que se desató luego de conocerse los resultados se ha ido apagando por el simple hecho de que el abogado todavía lucha para tomar posesión de su mandato; esto debido a unas formalidades que no ha podido cumplir y que no lo dejan hacerse cargo de forma definitiva.
Aunque todos los medios medios hablan de que es una mera formalidad que Laporta está muy cerca de conseguir, esta es necesaria para hacerse con el cargo y sin ella la Liga no puede aprobar su presidencia y aunque lleva semanas peleando por conseguir esa aprobación esta no termina de producirse de forma oficial. Si el nuevo mandatario del conjunto auzlgrana no cumple antes de este miércoles 17 de marzo, las elecciones que se levaron a cabo hace unos días se declararán como nulas y deberán repetirse. Este desbarajuste lo causó que Laporta no contaba con el aval necesario para tomar posesión del cargo; porque la cantidad de dinero era tal que no había logrado reunirla ni con el correr de los días luego de ser electo. Luego de horas frenéticas todo se resolvió, pero el problema pintaba como muy grande.
Todavía le faltaba el aval mínimo a Laporta
Pese a que Laporta ya estaba haciendo las funciones de presidente del club, debido a que viajó con el equipo a París para apoyarlo antes de su partido de vuelta contra el PSG y porque desde ya está manos a la obra para lograr la continuidad de Messi, además de otros aspectos de la entidad catalana; lo cierto es que le faltaba presentar el aval mínimo ante la Junta Gestora que preside Carles Tusquets para que este lo confirme como el nuevo presidente blaugrana y luego pueda llevar los papeles a la Liga para que quedar certificado como tal ante este ente. Se puede pensar que antes de obtener el triunfo ya debería tener listo ese aval mínimo, que supone se ajusta con el presupuesto que tendrá el equipo con la nueva junta, en este caso la cantidad es de 124,6 millones de euros; pero todo lo desajustó una salida.
En la nueva junta directiva con la que contaba Laporta, su hombre fuerte en la parcela económica era Jaume Giró; sin embargo, la renuncia de este una semana después de ganar desajustó mucho más las cosas y al dinero que faltaba recolectar se le sumó la cantidad que salía debido a su renuncia. Ese aval mínimo (15%) es una formalidad que no se puede obviar y tras la salida de Giró faltaban 70 millones de euros de ese presupuesto; aunque Laporta se estaba moviendo por todos los frentes para conseguir ese nuevo integrante que aportara la plata no era suficiente y varios préstamos de algunos bancos no podrían efectuarse sin la presencia de más poder económico en su junta que justificase la confianza de los bancos. Todas las gestiones que se estaban haciendo era para entregar los documentos antes del 17 de marzo, fecha en la que vence el plazo.
Una carrera para evitar nuevas elecciones
El tiempo se volvió un gran enemigo; porque de no recolectar la cifra, todo lo logrado se anularía y las elecciones debían efectuarse una vez más. Laporta y su junta hicieron una carrera para evitar eso a toda costa y, tal como informó ‘La Vanguardia’, lo lograron en el momento preciso. Lo más importante es que se consiguió la garantía del Banco Sabadell en lugar de que se tomara la decisión de contar con el fondo de riesgo estadounidense, que era una de las últimas opciones. El aval del banco se logró gracias a la entrada a la junta del nuevo mandatario azulgrana de la empresa Audax, de energías renovables, cuyo hombre fuerte es nada más y nada menos que José Elías. Todo se estaba tardando debido a que Elías no cumple con los requisitos para ser miembro de la junta, pero la solución ya se encontró.
Por Elías entraría su mano derecha, Eduard Romeu, que si cumple con los requisitos de antigüedad como socio del club para ser miembro de la nueva dirigencia. Romeu actuaría como representante de Elías y de Audax, con lo que se convertiría en el nuevo hombre fuerte en la parte económica de esta junta. Pese a que hubo momentos de tensión cuando las negociaciones se rompieron, las cosas se recondujeron a tiempo para que se pudiera recolectar ese aval mínimo de 124,6 millones de euros que tanto faltaba. Ya antes del 17 de marzo se entregarán todos los documentos para cumplir con los estatutos establecidos por la Liga; pero realmente la preocupación llenó el ambiente, porque por un momento esa victoria de Laporta pudo haber quedado en nada. El nuevo presidente se subirá al cargo pronto y con eso la estabilidad en el Barça se tratará de implantar una vez más.