Las conservas se crearon en el año 1795, cuando Nicolás Appert, un pastelero francés de renombre, comenzó a utilizar un método de esterilización que se basaba envasar un alimento, fuera legumbre, vegetal o fruta dentro de un envase de de cristal que se cubría con un tapón de corcho que era cerrado herméticamente. Te recomendamos que no tires el líquido de conserva de los alimentos.
A continuación, te contaremos si es saludable o no beber el líquido de las conservas.
5¿Los líquidos de conserva aparecen en la lista de ingredientes de los productos?
De acuerdo con el Real decreto 2420/1978, cada producto que contenga líquido de cobertura, como el almíbar y el aceite, deben indicar en el exterior del envase, justo en su etiqueta, el peso neto y peso escurrido que contiene el producto.
En los productos enlatados, como el garbanzo, se suele crear una espuma de color blanco nada apetitosa a la vista. Esta espuma es causada por los conservantes que lleva. El líquido de cobertura para estos casos, adquiere un aspecto gelatinoso que corresponde a la unión del agua que se utiliza para la conserva y el almidón que expulsa la legumbre en la cocción.
Aunque la apariencia sea algo desagradable, no es necesario que lo deseches, ya que desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, esta espuma no es tóxica ni perjudicial para tu salud. Al contrario, ayudará a incrementar el sabor del producto en tu comida.