Sindicatos de enfermeros de 27 países reclaman un acceso equitativo a las vacunas

Global Nurses United (GNU, por sus siglas en inglés), federación internacional de organizaciones sindicales de enfermeros de la que forma parte el Sindicato de Enfermería (Satse), ha reclamado a la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se renuncie a las normas de propiedad intelectual para garantizar una producción y distribución «justa, equitativa y rápida» de las vacunas contra la COVID-19.

En una carta dirigida a la OMC, Global Nurses United subraya que los gobiernos de todo el mundo deben actuar buscando el «mejor interés para la salud» de todas las personas y, en el caso de las vacunas de la COVID-19, tienen que posibilitar que «se disponga de ellas de manera justa y equitativa, garantizando su suministro también a los países de ingresos bajos y medianos a un coste reducido».

Por ello, desde el GNU se demanda que los países miembros de la Organización Mundial del Comercio trabajen juntos para garantizar que los derechos de propiedad intelectual, como las patentes, «no creen obstáculos al acceso oportuno y asequible a las vacunas o los medicamentos para combatir la COVID-19, ni a la ampliación de la investigación, desarrollo, fabricación y suministro de cualquier producto esencial para este fin».

En concreto, la GNU demanda que se establezca una exención de emergencia temporal por la COVID-19 en lo relativo a las normas de propiedad intelectual y que, de esta forma, no se dificulten los tratamientos de salud que evitan costes humanos y un deterioro de la economía mundial. «Si no se incrementa rápidamente la producción en todo el mundo, renunciando a las normas de propiedad intelectual, no habrá suficiente oferta para todos», aseguran.

Asimismo, la federación de organizaciones de enfermeros de 27 países de los cinco continentes denuncia que, mientras muchos países ricos tienen acuerdos bilaterales con los fabricantes de vacunas de la COVID-19, la mayoría de los países de ingresos bajos y medianos «tienen dificultades para acceder a esas mismas vacunas que salvan vidas».

«Es vergonzoso que miles de millones de personas que viven en países más pobres tengan que esperar dos años o más para vacunarse debido a los altos precios que se cobran por las vacunas de la COVID-19. Nadie debe morir por las ganancias de las empresas farmacéuticas, especialmente durante esta pandemia global», denuncian.

Global Nurses United incide, además, en que los países que pueden fabricar vacunas y tratamientos contra el coronavirus deberían tener la oportunidad de hacerlo «lo antes posible» para reforzar los suministros mundiales y garantizar una distribución equitativa. «Esta enfermedad mortal ha demostrado, una vez más, que cada nación solo puede estar verdaderamente a salvo si terminamos esta crisis estando juntos», aseveran.

Por último, la GNU recuerda que, durante el último año, los enfermeros han estado en primera línea de la lucha contra la COVID-19 y han visto directamente el «aterrador peaje» que ha tenido que pagar todo el mundo. «Cientos de miles de enfermeros y otros profesionales sanitarios se han infectado y muchos han muerto. Esta horrible enfermedad no conoce fronteras y para detenerla, la gente del mundo debe permanecer unida en solidaridad», concluyen.