Un ligamento es una banda de tejido conectivo, el cual es una banda de tejido conectivo cuyo tamaño suele depender del cuerpo donde se encuentre. El tejido de los ligamentos es denso y elástico, lo cual les permite realizar los movimientos fisiológicos, pero a la vez deben ser resistentes para evitar las limitaciones de algunos movimientos no muy buenos para las articulaciones.
Las principales lesiones en los ligamentos se relacionan con los traumatismos, como los esguinces por ejemplo. Este tipo de lesiones ocurren cuando las fibras de los ligamentos se encuentran muy estiradas, mientras que los esguinces graves causan la rotura del ligamento.
Por otra parte, los ligamentos no solo están relacionados con las articulaciones, pues algunos conectan algunos órganos entre ellos. Un ejemplo de esto puede ser el ligamento gastro-esplénico, el cual conecta el brazo con el estómago.
Los ligamentos junto a los tendones, los huesos y los músculos conforman el sistema músculo esquelético, el cual conecta de múltiples formas todo el cuerpo. Todas estas estructuras son sumamente importantes, por de los contrario las uniones en el cuerpo no existirían.
Composición y función de un ligamento
El ligamento está compuesto por fibras musculares rígidas, las cuales son bastante similares a los tendones. La composición de estos está estructurada por fascículos, que son un grupo de pequeñas entidades las cuales conforman las fibras básicas del cuerpo. Al mismo tiempo, dentro de la estructura de los ligamentos hay algunas fibras onduladas relacionadas en gran parte con la respuesta no lineal de los ligamentos ante el esfuerzo de tensión aplicado; aunque hasta ahora no se ha determinado de qué manera y cantidad se relaciona esta función-estructura con el comportamiento de los huesos.
Todas las estructuras esqueléticas y musculares cuentan con una función particular, los ligamentos por su parte, se encargan de unir y estabilizar las estructuras anatómicas. Es por ello que los ligamentos se encuentran entre los huesos y cartílagos del cuerpo, particularmente en aquellos que forman articulaciones. Gracias a sus propiedades elásticas y resistentes, los ligamentos pueden soportar y adaptarse al deslizamiento de las superficies articulares, como en el caso de los codos, las rodillas, los dedos, hombros, cadera, tobillos o la columna vertebral.
A diferencia de los tendones, los ligamentos permiten la interconexión entre huesos adyacentes en entre sí. En el caso de las articulaciones, el ligamento permite la movilidad dentro de las direcciones anatómicas naturales. De esta forma evita que se realicen movimientos que a nivel anatómico son anormales, evitando así las lesiones o protrusiones que pueden generar este tipo de movimiento.
Clasificación de los ligamentos
Los ligamentos están clasificados tradicionalmente de la siguiente forma:
- Los ligamentos acintados: Este tipo de ligamento es el que pasa de una a estructura a otra, pero sin perder el contacto en ningún momento con estas estructuras.
- Los ligamentos cordonados: Este tipo de ligamentos son aquellos que saltan de un hueso a otro.
No se debe confundir el ligamento con el tendón. Ya que este último está conformado por tejido fibroso, cuya función es conectar los huesos a los músculos y así permitir el movimiento de los huesos, por ejemplo. Pero los tendones también pueden conectar los músculos con algunos órganos, como el globo ocular.
Ubicación de los ligamentos
Dentro del cuerpo humano se pueden encontrar una gran cantidad de ligamentos, pues estos tienen el trabajo de mantener diferentes partes del organismo en contacto. Entre algunos de los ligamentos más conocidos están los siguientes:
- Las muñecas: Ligamentos radiocarpianos.
- Los hombros: Ligamentos glenohumerales y caracoclaviculares.
- Los codos: Radiocubitales.
- Las rodillas: Ligamento cruzado interior, posterior, externo y lateral interno.
- La cadera: Los ligamentos sacrociáticos.
- Los tobillos: Ligamento deltoideo, astragalocalcáneo, peroneoastragalino y el lateral externo.
Lesiones en los ligamentos
Si bien los ligamentos están hechos de tejidos resistentes, estos pueden ser afectados por algunas lesiones traumáticas. En algunas de estas lesiones, la articulación no puede soportar el exceso de movimiento y como resultado ocurre la distensión o rotura del tejido.
Las lesiones de los ligamentos están clasificadas en diferentes grados, los cuales varía según el nivel de estiramiento del tejido. Es por esta razón que se conocen los esguinces de primer grado, segundo grado y tercer grado, siendo uno más severo que el anterior.
Los esguinces y otras lesiones en los ligamentos, suelen ser bastante comunes entre los deportistas, particularmente los esguinces en las muñecas, tobillos y rodillas.
Con respecto al tratamiento de las lesiones de ligamento, este suele ser realizado y supervisado por un fisioterapeuta. Estos tratamientos se enfocan en la disminución del dolor y la recuperación de la fuerza y las capacidades que poseía el tejido antes de la lesión en cuestión. Para ello se realizan diversos ejercicios, con la finalidad de devolverles la fuerza y las capacidades que originalmente poseía el tejido antes de lesionarse.