El PSOE se desvincula del fracaso de la moción de censura en Murcia

El PSOE ha acusado este viernes al PP de haber perpetrado un «tamayazo» en Murcia y de «comprar» a tres diputados de Ciudadanos para frustrar la moción de censura de los socialistas y los ‘naranjas’ contra el presidente ‘popular’, Fernando López Miras. Eso sí, en Ferraz creen que si este movimiento de los ‘populares’ ha tenido éxito, tiene también que ver con que la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, no controla su partido, según reconocen fuentes de la dirección socialista.

De este modo, el PSOE trata ahora de desvincularse por completo del fracaso de la operación en Murcia y responsabiliza, por un lado, al PP, por comportarse de manera «mafiosa» y «corrupta» y, por otro, a Arrimadas, por no tener control sobre sus diputados ni autoridad suficiente para impedir que aceptaran la oferta de los de Pablo Casado.

Por ello, la formación que dirige el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se mantienen a la espera de que Ciudadanos ponga orden interno, y asegura que la pelota está en el tejado de Arrimadas. En este sentido, los socialistas no tienen intención de contactar con los naranjas por el momento, según explican las fuentes consultadas, y mucho menos, Sánchez de telefonear a Arrimadas.

Además, avisan de que el comportamiento del PP es, a su juicio, un claro caso de «transfuguismo», que han bautizado como «el tamayazo murciano» –en alusión al caso de transfuguismo de Madrid en 2003–, en el que todavía no se sabe si a los ya ex diputados de Ciudadanos que votarán contra la moción se les ha ofrecido «algo más» que sillones en el nuevo Ejecutivo de López Miras.

EL NÚCLEO DURO DE SÁNCHEZ EN FERRAZ Y MONCLOA NEGOCIÓ CON CS

Esta operación en Murcia que ahora se ha frustrado por el desmarque de esos tres diputados ‘naranjas’ llevaba fraguándose desde hace un mes, y en ella han estado implicados no sólo los principales dirigentes del PSOE y de Ciudadanos, sino también el núcleo duro de Sánchez en Moncloa.

En concreto, el pacto se cerró la medianoche del martes al miércoles con el visto bueno personal, por parte del PSOE, del secretario de Organización socialista, José Luis Ábalos; su mano derecha en Ferraz, el coordinador territorial, Santos Cerdán; y el secretario general de la Presidencia el Gobierno y persona de la máxima confianza de Sánchez, Félix Bolaños.

Por parte de Ciudadanos, la negociación corrió a cargo de los tres principales colaboradores de Arrimadas: el vicesecretario general primero, Carlos Cuadrado; el vicesecretario general adjunto, José María Espejo; y la secretaria general, Marina Bravo.

Y este movimiento, que culminó el miércoles con el registro de la moción de censura en Murcia, desató en pocas horas todo un terremoto político en España, cuando la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, reaccionó anunciando su decisión de convocar elecciones anticipadas en la Comunidad y de expulsar a Ciudadanos de su gobierno.

El anuncio del adelanto electoral desencadenó a su vez la presentación de hasta tres mociones de censura: dos en Madrid, de Más Madrid y del PSOE, para intentar frenar la convocatoria electoral, y que han derivado en una disputa en los tribunales; y otra en Castilla y León por parte del PSOE, para intentar que también Ciudadanos rompa su gobierno con el PP en esta comunidad.

El PSOE ha insistido estos días en que el plan negociado con Ciudadanos no iba más allá de Murcia, aunque el propio Ábalos reconoció que siempre se prevén «reacciones» cuando se dan situaciones como la de Murcia –en la que dos formaciones rompen su coalición de gobierno–.

LLAMAMIENTO A CIUDADANOS A ROMPER CON EL PP Y ACERCARSE AL PSOE

Además, los socialistas han admitido públicamente su deseo de que este giro de Ciudadanos en Murcia se tradujera en un alejamiento del PP también a nivel nacional y en un acercamiento al PSOE, que les permita ampliar sus alianzas parlamentarias –y no depender tanto de sus socios de investidura–.

«Es la oportunidad y el momento de replantearse cuál debe ser el papel de Ciudadanos, si no quiere ser engullido como le ha pasado en Cataluña; un papel bisagra que le permita pactar a la izquierda y a la derecha, dependiendo de la situación», defendió el jueves la portavoz del Gobierno y dirigente socialista, María Jesús Montero en una entrevista en TVE.

Ese terremoto político que se produjo el miércoles, y que dibujó un escenario que ahora se enrevesa aún más, llevó a Sánchez a convocar a los principales dirigentes del PSOE a una reunión de urgencia en Ferraz, en la que participaron Ábalos, Cerdán y también la vicesecretaria general, Adriana Lastra, además del líder del partido en Madrid, José Manuel Franco.

El encuentro sirvió para analizar ese nuevo escenario y, en concreto, la contienda abierta en Madrid, que pilló al PSOE sin un candidato claro en la Comunidad, habida cuenta de que todos daban por hecho que su portavoz en la Asamblea, Ángel Gabilondo, acabaría siendo nombrado en algún momento Defensor del Pueblo cuando lograran cerrar con el PP un pacto para renovar los órganos constitucionales.

Finalmente Gabilondo ha sido confirmado este viernes como candidato del PSOE para las elecciones autonómicas previstas para el próximo 4 de mayo, que se celebrarán si la justicia da la razón a Ayuso y rechaza que se debatan las mociones de censura, al entender que llegaron después de la convocatoria electoral.

El exministro, que ganó las elecciones autonómicas en 2019 pero no logró formar gobierno, ya había sido postulado el miércoles como candidato de esa moción de censura presentada de urgencia por el PSOE para frenar la convocatoria electoral de Ayuso.

No obstante, en estos dos días que se han sucedido desde entonces se habían puesto sobre la mesa varios nombres como posibles cabezas de lista para competir contra Ayuso; nombres que ahora quedan descartados, como el que sonaba con más fuerza: el de la ministra de Defensa, Margarita Robles.