El Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, mantendrá al español Alberto Navarro como embajador de la UE en Cuba después de que en su reunión personal reconociera que fue un error la carta que envió al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para que retire el embargo económico a la isla.
Según ha confirmado la portavoz de Exteriores de la UE, Nabila Massrali, el Alto Representante ha decidido que el diplomático español termine su mandato como representante de la UE en La Habana, que acaba este verano, y así lo ha expresado en una carta a los eurodiputados del PP y liberales que reclamaron el cese de Navarro.
De esta forma, Borrell aceptó las disculpas de Navarro tras admitir éste sus errores y ser «debidamente reprendido», según ha informado la portavoz. El jefe de la diplomacia comunitaria entiende, de esta forma, que «la reacción es proporcionada a la gravedad de los hechos», por lo que da el asunto por cerrado.
Tras la polémica generada por la misiva a Washington, el embajador fue convocado en Bruselas para dar explicaciones sobre el caso a varios dirigentes del Servicio de Acción Exterior de la UE y mantuvo una larga reunión con el propio Borrell el pasado domingo.
Bruselas ha tenido en cuenta el historial diplomático de Navarro, de más de cuarenta años, y que entonara el mea culpa tras la controversia generada por la iniciativa sobre el embargo. Fuentes europeas señalan que el embajador admitió que sumarse a la petición destinada al líder norteamericano fue una «mala decisión política».
EXPLICACIÓN A EURODIPUTADOS
En su explicación a los eurodiputados, Borrell da por «aclaradas» las quejas, apuntando que Navarro ha reconocido que se extralimitó en sus funciones al enviar la carta a Biden, si bien ha querido recordar que el contenido de la polémica misiva iba en línea con la posición que mantiene la UE, que también reclama el fin del embargo estadounidense.
Los eurodiputados se habían hecho eco igualmente de las quejas de la Dama de Blanco Berta Soler, que criticaba la falta de atención de la Embajada europea. Según Borrell, Navarro le ha trasladado que la disidente ha sido recibida siempre que ha querido y hay un «contacto regular» a través del teléfono, ya que «sus aportaciones son muy valiosas en la preparación de los diálogos de Derechos Humanos con las autoridades cubanas».
El jefe de la diplomacia de la UE reconoce que las relaciones con Cuba son «complejas», pero sostiene que la política fijada en 2017, cuando se eliminó la Posición Comíun de 1996, sigue siendo el camino a seguir para «promover valores e intereses de la UE en su relación con la isla», como ha avalado el propio Parlamento Europeo.
«Servir a la Unión Europea y representarla en el extranjero es una gran responsabilidad y debemos esperar y pedir lo mejor de nuestros diplomáicos. También debemos tener en cuenta las difíciles circunstancias a las que muchos de ellos se enfrentan diariamente y actuar de una manera proporcionada y justa cuando cometen errores», añade, en un llamamiento a la comprensión.