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Para aquellos familiarizados con los juegos de azar, el apellido Pelayo puede que suene muy conocido.
Esta familia de apostadores españoles obtuvo su popularidad debido a la habilidad para derrotar a las ruletas.
Las continuas victorias de sus integrantes provocaron una ola de fama atrayendo la atención de revistas populares y programas de entrevistas.
¡Incluso hasta una película hicieron en base a su historia!
No obstante, luego de el pasar de los años, la familia de apostadores fue considerada non-grata en los casinos de España y el mundo debido al método usado.
Aunque, curiosamente nunca fue considerado ilegal según la ley.
Sigue con nosotros para conocer más sobre los Pelayo y el método utilizado para ganar en ruletas, el cual empezó como fortuna y acabó en desgracia.
“Ninguna máquina es perfecta”
Esta fue la idea que cruzó la mente del padre de familia, Gonzalo García Pelayo, el cual consideraba que incluso la más perfecta de las máquinas podía presentar fallos, provocando el mismo error una y otra vez, por muy milimétrico que sea.
Estos errores, por supuesto, también aplicaban para las máquinas de azar como las ruletas, las cuales fueron el objeto de estudio de Gonzalo.
Quien descubrió que dichas fallas provocaban la repetición de números específicos en cada ruleta en repetidas ocasiones.
Desde entonces, el padre de familia junto a algunos de sus familiares, especialmente sus hijos Vanessa e Iván, se dedicaron a recopilar información de los últimos ganadores de casinos, las ruletas en que participaban y los números ganadores de dichas máquinas.
Finalmente, esta información recopilada fue utilizada en un programa de probabilidades diseñado por Gonzalo para predecir los números en los que la bola se detendría, asegurando una victoria.
Hora de probar el sistema
Luego de recopilar la información, llegó el momento de ponerla a prueba.
En 1991, el Casino Gran Madrid fué el objetivo de esta prueba, y el plan fue muy meticuloso, pero simple:
Los miembros de la familia, participantes del gran golpe, elegían una mesa para participar, los cuales tenían conocimiento del número con mayor probabilidad de victoria gracias al programa de Gonzalo.
Luego de 6 horas de juego, cada miembro de la familia se rotaba entre ellos por las mesas del casino y apostaban con fuerza por los números que se repetían con mayor probabilidad, haciendo que ganen de forma casi constante.
Este sistema era repetido, estudiado y analizado en cada ruleta, hasta que en 1992 la familia había amasado la cantidad de 70 millones de pesetas, lo que sería alrededor de 420.000€, siendo una cantidad enorme para aquella época.
Descubiertos por los casinos
El casino Gran Madrid eventualmente descubre la gran cantidad de ganadores de esta familia, empezando a creer que existía algún tipo de trampa o estafa.
Dicho casino empezó a cambiar las mesas, ruletas, bolas y todo lo que pueda ser sustituido.
Sin embargo, esto no sirvió de nada, ya que la familia continuaba ganando gracias a su infalible sistema.
Al no determinar cómo funciona este sistema usado por Gonzalo y su familia, el casino Gran Madrid veta a toda la famila de sus salas, seguido de otros casinos españoles.
Desde entonces, la familia de apostadores decide probar suerte en otros casinos a nivel mundial, incluyendo a países como Austria, Australia, Dinamarca y Holanda, amasando la colosal cantidad de 250 millones de pesetas a mediados de los años 90, lo que se traduce en unos 1.500.000€.
Luego deciden probar suerte en Las Vegas, la ciudad del pecado, y la que marcaría el fin de la leyenda de los Pelayo.
Probaron suerte en el casino MGM, en donde utilizaron su sistema.
Sin embargo, este casino estaba preparado para ellos, siendo reconocidos a pesar de sus disfraces.
La ruleta en la que participó Gonzalo tenía altas probabilidades de 31 y 8, siendo los números mayor apostados del líder de la familia Pelayo.
Sin embargo, un total de 3 veces seguidas la ruleta se detiene en el número 19, siendo el número con menor probabilidad de salir.
Esto acaba provocando un desmayo súbito por parte de Gonzalo causado por el exceso de estrés, siendo diagnosticado como un fuerte caso de “Lipotimia”.
Por supuesto, dicho suceso provocó que los demás integrantes de la familia corrieran en su auxilio, exponiendolos ante las autoridades del casino, siendo vetados del mismo y dando fin a la historia de la familia de apostadores en casinos.
Actualmente, Gonzalo Pelayo ya no apuesta más en casinos puesto que tanto él como un gran número de sus familiares están vetados de casi todos los casinos del mundo.
En su lugar, se dedica a jugar póker por internet, siendo uno de los mejores jugadores más conocidos del mundo, no por su pasado, sino por su habilidad en este juego de cartas.
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