La tripofobia o miedo a los agujeros es una fobia que genera ansiedad provocada por los patrones repetitivos, particularmente por los orificios de menor tamaño que están aglomerados. Por lo general esta fobia es asociada a los elementos orgánicos que se consiguen en la naturaleza, como las semillas de una flor, los panales de las abejas, el moho, los poros de la piel, los corales, las células y otros patrones similares.
Quienes padecen de tripofobia aseguran sentir incomodidad o asco por los patrones irregulares o asimétricos. Por otro lado, a diferencia de gran parte de los estímulos fóbicos, los cuales suelen generar un miedo patológico, los producidos por la tripofobia no son peligrosos o amenazantes.
Síntomas de la tripofobia
Quienes padecen de esta fobia suelen presentar nauseas, temblores, taquicardia o dificultad para poder respirar. En algunos casos han reportado jaquecas o hasta picor en la piel.
Estos malestares no suelen desaparecer inmediatamente, pues el recuerdo de las imágenes suele permanecer durante un tiempo dentro de la conciencia. Esto puede terminar alimentando la aparición de los demás síntomas, los cuales con el pasar del tiempo van desapareciendo.
Este tipo de sistemas suelen aparecer cuando una persona con tripofobia ve algunas imágenes con patrones similares a una superficie llena de huecos pequeños aglomerados. Entre los distintos tipos de síntomas están los siguientes:
- Los síntomas fisiológicos pueden ser la taquicardia, los temblores, tensión en los músculos, mareos y dificultad para respirar.
- Los síntomas psicológicos suelen generar pensamientos catastróficos, como la idea de sufrir un ataque cardíaco si se continúa viendo las imágenes que causan la tripofobia.
- Los síntomas conductuales generan que la persona evite cualquier situación en la que sospeche que el estímulo fóbico le hará sentir mal, y que al exponerse a este, termine huyendo.
Causas de la tripofobia
Algunos especialistas atribuyen la tripofobia a la evolución de los seres humanos, pues el rechazo a las imágenes que causan la tripofobia habría sido útil en el pasado para poder evitar animales venenosos, como por ejemplo las especies de escorpiones, serpientes y arañas que presentan este tipo de patrones repetitivos en su cuerpo.
De igual forma las reacciones causadas por la tripofobia pudieron ser útiles en su momento para poder evitar los contaminantes, como el moho en las heridas abiertas o en los agujeros causados por los gusanos en los cadáveres y frutas.
Los estudiosos plantean que durante la evolución, los humanos han heredado la predisposición a asociar algunos sucesos, los cuales terminaron incrementando la posibilidad de sobrevivir de los antepasados. De esta forma las personas estarían preparadas para asociar la oscuridad o ciertos animales a el peligro. En otras palabras, algunas fobias tienen un origen biológico y no cognitivo.
Superar la tripofobia
Si bien la tripofobia tiene un origen biológico, ya que los humanos están diseñados para sentir repudio a un determinado tipo de superficies llenas de agujeros aglomerados.
La intensidad de los síntomas causados por esta fobia puede variar según la persona, pudiendo llegar a un punto en el cual puede llegar a impedir llevar una vida normal a quien la padece. Es en estos casos en los que se puede asistir a terapia psicológica para mejorar los síntomas, y para ello existen varios métodos con los cuales lograrlo:
- El tratamiento psicológico es una de las mejores alternativas, especialmente cuando se realizan procedimientos de exposición. Estos hacen que el paciente afronte sus fobias, de manera progresiva hasta ganar autonomía. El compromiso de los pacientes es fundamental en este tipo de procedimientos, pues debe esforzarse en progresar y afrontar las situaciones que le generan incomodidad.
- El tratamiento farmacológico ha demostrado buenos resultados en el tratamiento de fobias. Muchos especialistas recomiendan en casos de malestar extremo, y en combinación con terapia de exposición. Además se suele recomendar tratamiento farmacológico en los casos que la tripofobia llegue a solapar otras alteraciones psicológicas.
- La terapia de exposición permite que el malestar causado por la tripofobia se reduzca de manera exponencial. Para ello se usan imágenes con patrones trifóbicos, las cuales suelen incrementando los síntomas moderadamente para intensificar los estímulos fóbicos.
Solo con asistencia profesional se pueden tratar los problemas generados por la tripofobia, que si bien algunos la consideran una fobia absurda, es capaz de incapacitar a una persona.