Investigadores oncológicos de la Universidad de Princeton (Estados Unidos) han descubierto un nuevo orgánulo, aún sin nombre, que desempeña un papel en la metástasis ósea y que se forma mediante la separación de fases líquido-líquido, es decir, cuando manchas líquidas de materiales vivos se fusionan entre sí.
«Creemos que es la primera vez que la separación de fases está implicada en la metástasis del cáncer», explica Yibin Kang, autor principal de este trabajo, que se ha publicado en la revista científica ‘Nature Cell Biology’. Su investigación no solo relaciona la separación de fases con la investigación del cáncer, sino que las manchas que se fusionan resultan ser algo más que la suma de sus partes, ya que se autoensamblan en un orgánulo (esencialmente un órgano de la célula) hasta ahora desconocido.
Esto cambiará algunas percepciones fundamentales de lo que es y hace una célula. «Todo el mundo va a la escuela y aprenden que la mitocondria es la central eléctrica de la célula, y algunas otras cosas sobre algunos orgánulos. Pero ahora, nuestra definición clásica de lo que está dentro de una célula, de cómo una célula se organiza y controla su comportamiento, está empezando a cambiar. Nuestra investigación supone un paso adelante muy concreto en ese sentido», asegura otro de los autores, Mark Esposito.
A través de una serie de complejos experimentos, los investigadores reconstruyeron la historia completa: los tumores óseos inducen inicialmente la señalización Wnt, para diseminarse (extenderse) por el hueso. A continuación, el TGF-b, que abunda en los huesos, inspira la supresión de la señalización Wnt. A continuación, los tumores estimulan el crecimiento de los osteoclastos, que eliminan el tejido óseo viejo. Esto aumenta aún más la concentración de TGF-b, lo que provoca un acaparamiento aún mayor de DACT1 y la subsiguiente supresión de Wnt, que ha demostrado ser importante en las metástasis posteriores.
Al descubrir las funciones de DACT1 y de este orgánulo, han encontrado nuevas posibles dianas para los medicamentos contra el cáncer. «Por ejemplo, si tenemos una forma de interrumpir el complejo DACT1, quizá el tumor se disemine, pero nunca podrá ‘crecer’ hasta convertirse en una metástasis que ponga en peligro la vida. Esa es la esperanza», señala Kang.