Este lunes conocíamos que Isabel Pantoja será juzgada como presunta colaboradora necesaria para cometer un supuesto delito de insolvencia punible, al presuntamente pagar una deuda contraída con la constructora que hizo las obras de su casa de Marbella a un acreedor incorrecto a espaldas de la ley a cambio de una quita considerable en la cantidad a pagar.
Y es que la empresa a la que la tonadillera debía 114.000 euros, la constructora Codabe, vendió dicha deuda a otra sociedad, Homofer, pero acordó el pago con Agustín Pantoja – ya que su hermana estaba en prisión y le dio plenos poderes en sus asuntos – a cambio de una quita importante en la cantidad, sindo presuntamente conscientes de que el acreedor real era Homofer y no Codabe.
Pese a los intentos de Isabel Pantoja de archivar su causa por desconcimiento de este tema al encontrarse en prisión en ese momento (año 2015), la Fiscalía aprecia indicios de delito y ha imputado a la tonadillera, que pronto se sentará en el banquillo de los acusados y se enfrenta a una pena de 3 años de prisión, inhabilitación de sufragio pasivo durante 18 meses y el pago de una multa diaria de 20 euros a razón de 18 meses.
En medio de este varapalo legal y con su relación con Agustín Pantoja en entredicho, ha habido un gran movimiento de coches en Cantora. Así, a pesar de que Isabel sigue enclaustrada en la finca digiriendo este duro golpe, hemos visto entrar y salir varios coches a lo largo del día en que se conocía la petición de pena de cárcel para la tonadillera.
Desconocemos si alguno de los ocupantes de los coches que han visitado Cantora este lunes podría ser el abogado de la artista, que en breves empezará a preparar su estrategia legal de cara a esta dolorosa e inesperada imputación que podría llevarla de nuevo a un lugar maldito para ella, la prisión.