El expresidente del Gobierno José María Aznar ha avisado este lunes que si el centroderecha no está unido «no va a ganar» las elecciones y ha señalado que el PP tiene que convertirse en un «imán» y «foco de atracción» de los demás partidos que ocupan ese espacio electoral, como sucedió en el pasado durante su mandato. Tras asegurar que el PP está en un momento «manifiestamente mejorable», ha aconsejado al actual líder de los ‘populares’, Pablo Casado, plantear a los españoles un proyecto «claro» e «identificable».
«Hay que plantear un proyecto muy claro y hablar muy claro a los españoles», ha recalcado Aznar en su intervención en el Aula de Liderazgo del Instituto Atlántico de Gobierno y la Universidad Francisco de Vitoria bajo el título ‘España, Constitución, Libertad. 1996-2004’. Los periodistas Maite Rico, Jorge Bustos, Carlos Sánchez y Manuel Marín han participado en este debate, que ha moderado la coordinadora del máster en Periodismo de la UFV, Angie Rigueiro.
Aznar ha señalado que, a pesar de las «dificultades» de comunicación y las «torpezas» que pueda encontrar el PP en la oposición, si se dice «claramente lo que se va a hacer», una mayoría de españoles se sumará a un proyecto «identificable. Eso sí, ha admitido que el PP tiene que buscar «nuevos elementos de definición porque la sociedad ha cambiado mucho».
Al ser preguntado expresamente si cree que el Partido Popular está en su peor momento, después de derrotas electorales como la de las catalanas el pasado 14 de febrero, Aznar ha asegurado que él tiene dos carnés, el del Real Madrid y el del PP, y ha agregado: «Digamos que los dos están en momentos manifiestamente mejorables».
El expresidente ha señalado que el PP tiene que convertirse en un «foco de atracción» y un «imán» que atraiga a los electores de «los demás partidos de centroderecha», que es lo que ocurrió en el pasado y es «uno de los ejemplos que valen para ahora».
«HAY QUE SER ÚTIL, NO ES CUESTIÓN DE SER DURO O BLANDO»
Aznar ha afirmado que una de las «grandes lecciones» que pueden extraer de la historia es que si el centroderecha quiere llegar a Moncloa tiene que estar «unido». «Si no está unido, básicamente no va a ganar las elecciones. Es una regla que es muy simple anunciarla y es más complicada ponerla en práctica», ha admitido, para añadir que «no es verdad que la mayoría en España esté «condenada a ser de centroizquierda».
Además, el expresidente del Gobierno ha dicho que la oposición tiene que «ser útil» a los españoles. «Es cuestión de acierto y utilidad, no de ser duro o blando», ha manifestado, para poner en valor esas tesis en un momento de «gran fraccionamiento social y político», así como de «gran confrontación social».
En cuanto a la decisión de Pablo Casado de dejar la histórica sede de Génova para romper con el pasado, Aznar ha minimizado esa decisión y ha dicho que él no hacía de esa mudanza una «categoría política». «Es una mudanza, uno se muda y lo que hace falta es que cuando se muden, lo hagan bien, que llamen a una buena casa de mudanzas», ha ironizado.
EL EMPLEO SIGUE SIENDO EL PRINCIPAL PROBLEMA DE ESPAÑA
Tras asegurar que su objetivo era que esta charla «académica» sirviera a los alumnos para sacar lecciones y ser útil al momento actual, Aznar ha destacado que «25 años después» de su llegada al Palacio de la Moncloa «el problema de la economía española se sigue llamando empleo.
Dicho esto, y coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer que se celebró este 8 de marzo, ha subrayado que cuando en 1996 llegó al Gobierno había 4,3 millones de mujeres ocupadas y cuando salió de Moncloa esa cifra llegaba a los siete millones. «Y por primera vez en la historia de España había una presidenta del Congreso y una del Senado», ha manifestado.
A su entender, hay que «sacar una lección» de esos hechos frente a los discursos que se hacen estos días, sobre todo «cuando el empleo es todavía el principal problema de España» con «cinco millones de personas» sin trabajar, algo que, a su juicio, es «una situación social brutal».
Aznar ha señalado que las dos obligaciones que tiene un gobernante es «mejorar las condiciones de las personas que viven en su país» y lograr que ese país sea «más influyente en el mundo». Al rememorar sus ocho años de Gobierno, ha afirmado que se produjo «un salto adelante en España muy importante», tanto desde el punto de vista económico y social, como de influencia y presencia de España en España, «con sus altos y con sus bajos».
«LA BATALLA DE LAS IDEAS ES FUNDAMENTAL»
Tras asegurar que se ha pasado de un Estado de respeto a un Estado «débil», ha advertido de que no puede haber una sociedad sin jerarquía de valores y ha agregado que «ahí la batalla de las ideas es fundamental».
Aznar ha afirmado que él no cree en la «política perfecta» sino en la «política posible». Y ha añadido que hay una España «posible y deseable» que, «sin duda, es mejor» que la que hay en este momento. «España durante aquellos años era un ejemplo de crecimiento y de convergencia con Europa y naciones poderosas y hoy no es así», ha enfatizado.
Además, ha lamentado que en España se hayan dejado de practicar «políticas comunes» para practicar «políticas excluyentes», una diferencia «muy importante» con sus años de Gobierno, según ha dicho. En este punto, ha señalado que «la izquierda digirió muy mal su mayoría absoluta en 2000» y, ante el temor de que pudieran estar «20 años», cambió de actitud y apostó por la política «excluyente y guerracivilista».
«LA INHIBICIÓN CONSTITUCIONALISTA» EN CATALUÑA
Sobre la situación en Cataluña, Aznar ha asegurado que los nacionalistas tienen un conflicto con ellos mismos «que no van a superar». «Su gran frustración es que Cataluña no fue Castilla y eso no tiene remedio», ha proclamado.
El expresidente ha señalado que los nacionalistas e independentistas viven en una «incomodidad permanente» y que así se lo trasladó varias veces Jordi Pujol a partir de 1996. Tras defender el pacto del Majestic que firmó con CiU, ha subrayado que el nacionalismo en el año 2000 estaba «débil» porque había «un orgullo de España». «Ésa es una buena lección para tener presente hoy», ha agregado.
Aznar ha asegurado que lo único que le faltaba al Gobierno de Cataluña es que «llegue la FAI» y «ya lo tienen» con la CUP. En su opinión la consecuencia de lo que está ocurriendo en esta comunidad «no va a ser nada buena».
En este punto, ha defendido afrontar la situación «desde una enorme fortaleza» y ha indicado que si se quiere una situación de normalidad hay que «retornar a la legalidad con todas las consecuencias». «Si no, la nación española corre el riesgo de perder su continuidad histórica», ha avisado.
Aznar ha recordado que propuso a Pujol entrar en su Gobierno con mayoría absoluta pero que éste se lo tomó como «una ofensa». Según ha explicado, él estaba intentando que el nacionalismo que participó en la Constitución no se fuera y ha preguntado qué han hecho las fuerzas constitucionalistas después «para impedir que eso no se produzca». «Creo que la inhibición constitucionalista ha sido demasiado evidente», ha manifestado, en alusión a la actuación de Mariano Rajoy en Cataluña.