8M: Conciliación, igualdad de oportunidades y retos tecnológicos en el mundo rural

La pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de la contribución de las mujeres a la economía del país, y cómo la tecnología puede ayudar a romper barreras existentes, especialmente en entornos rurales y en ciertos sectores como el agroalimentario, donde la conciliación y la igualdad de oportunidades son asignaturas en muchos casos aún pendientes.

A lo largo de estos meses de pandemia, son muchas las pymes lideradas por mujeres que se han apoyado en Facebook e Instagram para mantenerse a flote. Actualmente en Instagram los perfiles empresariales que mencionan ‘mujer’ o ‘mujer propietaria’ en todo el mundo han crecido más de un 20% desde el mes de noviembre, según datos de la compañía.

Un ejemplo de ello es Sandra de Blas, propietaria de Natursnacks, un proyecto enfocado en los alimentos innovadores, saludables y de calidad que inició hace ocho años en Pedrajas de San Esteban (Valladolid).

Sandra cuenta que un 90% de sus proveedores de materia prima son hombres y que cuando empezó «era una mujer joven con poca experiencia intentando comprar materia prima en un mercado gestionado mayoritariamente por hombres».

Sin embargo, desde que emprendiera con Natursnacks asegura que se ha encontrado «con proyectos agroalimentarios muy prometedores liderados por mujeres, que comparten además la preocupación por el medioambiente y la salud».

Por su parte, Marina Redondo, que gestiona la ganadería ecológica Vaca Negra en Madrid, muestra especial preocupación por la conciliación. Como señala, «mientras la sociedad siga cargando a las mujeres con la crianza y el cuidado de sus hijos, nos veremos obligadas a apartar o paralizar nuestra carrera laboral por ello, y si es un sector como el nuestro, que no entiende de horarios, de festivos, o de vacaciones, es más complicado aún».

DEL PUEBLO A LA CIUDAD

La conectividad y el acceso a herramientas tecnológicas también son un reto para muchas de las mujeres que gestionan negocios en España desde las zonas rurales, donde el acceso a la formación y el apoyo para crear o mantener a flote una empresa es mucho más complicado.

En Sahechores, un pueblo de León de poco menos de cien habitantes, Paula Fernández gestiona la quesería familiar Abuelo Aitalas, que elabora quesos artesanos de leche de oveja. Para ella la mayor dificultad es «el acceso a los recursos que puede tener una gran ciudad», ya que en su pueblo no tienen «una buena conexión a Internet ni las mismas oportunidades de formación».

Por ello, para Paula, las redes sociales son su única forma de llegar a gente. Y comenta que con Facebook e Instagram han podido «seguir trabajando, haciendo envíos a toda la Península e incluso crecer y ganar visibilidad».

En esta situación coincide Sandra de Blas, que desde Pedrajas de San Esteban también necesita potenciar sus ventas ‘online’ y acercarse al consumidor en las grandes ciudades. Las redes sociales «ayudan a llegar al consumidor, darnos a conocer entre nuevos clientes, mostrar nuestro proceso de elaboración, usarlo como canal de venta y celebrar con nuestros seguidores nuestros logros y reconocimientos», explica.

CAMPAÑAS A MEDIDA

Una de las grandes ventajas que ofrecen las plataformas sociales es la posibilidad de darse a conocer de forma gratuita, y en el caso de querer hacer una campaña de marketing, el presupuesto siempre se puede ajustar a cada necesidad.

«Una empresa pequeña como nosotros no se puede permitir grandes campañas de marketing, y a través de Facebook e Instagram compartimos nuestras novedades y creaciones gastronómicas, nuestra participación en ferias y eventos», detalla Marina Redondo.

Para ella, además, las redes sociales han sido la ayuda que les ha permitido mantenerse todo este tiempo, después de que sus clientes habituales de hostelería cayeran y no hayan vuelto a abrir.