El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha advertido que esta comunidad no va a «flojear» en su postura contra la inclusión del lobo ibérico en el listado de especies protegidas, porque eso sería «la ruina» para el sector ganadero.
Así lo ha manifestado el también líder del PRC este lunes en declaraciones a los periodistas tras la reunión que ha mantenido con representantes de las organizaciones agrarias ASAJA, UPA y UGAM-COAG, y en la que también ha participado el consejero de Desarrollo Rural, Guillermo Blanco.
En el encuentro, en la sede del Ejecutivo, han abordado además otros asuntos que afectan a la ganadería, como la negociación de la Política Agraria Común (PAC), la caída del precio de la carne -por el cierre de la hostelería por la pandemia del coronavirus- o la pérdida de productores de leche, unos 200 en el último año, con lo que el número total en la región se sitúa en torno al millar, según los sindicatos.
Pero la entrevista, que se produce cuando se acaba de cumplir un año de la gran manifestación ganadera en Santander, el lobo ha protagonizado las reivindicaciones del sector. Sus representantes han insistido a los dirigentes de la administración autonómica para que no sea incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, pues sería la «ruina» de los ganaderos, como ha reconocido Revilla.
Ante esta «inquietud», el presidente ha aseverado que Cantabria, que junto a Asturias, Galicia y Castilla y León albergan más del 95% de ejemplares del cánido, no va «flojear» ni a «ceder ni un ápice» para que no se incluya en el LESPRE. En paralelo, ha defendido el acuerdo de gestión que había, que protegía a la especie y a los ganaderos, según ha resaltado.
«El riesgo de que se convierta en una especie a proteger y con la gran presión que hay en este momento, sobre todo de animalistas, el lobo originaría un despoblamiento en Cantabria tremendo», ha alertado Revilla, que ha insistido en que para que la ganadería extensiva de Cantabria pueda «sobrevivir» ha de haber un control del carnívoro.
Tanto el presidente como el consejero han explicado a preguntas de los periodistas que no se han producido avances tras el encuentro informal que hace una semana mantuvieron en Santander Revilla y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, más allá de la adhesión de seis comunidades a la estrategia promovida por las cuatro autonomías ‘loberas’ para retirar la protección del lobo.
Así, dicha iniciativa, que busca también impulsar la gestión de la especie basada en el respeto al mundo rural, el consenso social y la coexistencia, cuenta con el respaldo de diez territorios, que suman más del 50 por ciento del país, como ha destacado Blanco, además de las organizaciones profesionales agrarias a nivel nacional.
Ante esto, el titular de Desarrollo Rural de Cantabria ha abogado por que el Ministerio paralice la inclusión del lobo en el LESPRE y retome y renueve la estrategia de conservación de 2005, que está «obsoleta». También ha defendido la gestión del carnívoro en la región, en base a la cual ha aumentado el número de ejemplares, hasta el punto de que ocupan el 65% del territorio, algo que no sucedía «hace 20 años», ha comparado.
Blanco ha apostado por el consenso y ha precisado que no se trata de hacer un «control letal» de la especie ni de «acabar» con ella, sino de un «control poblacional», a su juicio «esencial» para «equilibrar» el número de ejemplares y que puedan coexistir con la ganadería extensiva.
También ha invitado a ponerse «en la piel» de los ganaderos y ha reiterado que no quieren ayudas, sino que no les maten sus animales. Y en este punto, de cara a abonar indemnizaciones a los productos por las pérdidas en sus rebaños, el consejero ha exigido que «no nos lo saquen de la PAC», sino que se sufraguen con fondos del Ministerio.
OTROS TEMAS
En la reunión Gobierno-sindicatos también se han abordado otros asuntos al margen del lobo, como la caída de los precios de la carne por las restricciones a la hostelería por el Covid, a pesar de que el sector no ha «sufrido tanto» la crisis sanitaria como otros que «están destrozados», como han admitido sus representantes.
Igualmente, se ha tratado el tema del precio de la leche, la ‘venta a pérdidas’, que es «un clásico». Sobre esta cuestión, las organizaciones agrarias han insistido en que no se use este producto como ‘reclamo’ y evitar que se comercialice por debajo del coste de producción.
Y en relación a la negociación de la PAC para los próximos siete años, los ganaderos han advertido que no están dispuestos a «pagar los platos rotos», esto es, a destinar fondos comunitarios a los daños del lobo.
Los sindicatos también han puesto sobre la mesa la pérdida de productores lácteos, unos 200 en el último año, con lo que el total se sitúa en torno a un millar en la región.
Se trata del mismo «ritmo» de descenso que se viene experimentando en las últimas décadas, y que el sector achaca más a un problema de edad, es decir, de relevo generacional, que a la pandemia.