Vive entre algodones: así es la despampanante mansión de Rocío Flores

-

Las cosas no le pueden ir mejor a Rocío Flores en lo que respecta a su vida. Alejada de la televisión, ya solo se dedica a publicitar su contenido en redes sociales. Y como decimos, le va viento en popa. Supervivientes ha sido un cambio de vida para ella. Aún siendo hija de Antonio David Flores y Rocío Carrasco, nunca había querido aparecer en los medios. Pero su fichaje por la isla supuso que toda la audiencia la conociera. Y se diera cuenta de que era una chica muy válida.

Se fue al Honduras siendo una desconocida y con el sambenito de estar enfadada con su madre. Volvió algunos kilos más delgada y con una mentalidad nueva. No quiso engancharse a los programas televisivos. Quiso invertir su tiempo en sus redes sociales. Y fue un gran acierto. Rocío Flores ha conseguido ser una influencer a la que se disputan las marcas por mostrar allí su contenido. En su vida sentimental también ha habido cambios. Tras volver de Supervivientes decidió formalizar su relación con Manuel Bedmar e irse a vivir juntos. Y ahora nos ha mostrado su casoplón. Vamos a echar un vistazo a cómo es la casa de la nieta de Rocío Jurado.

3
Rocío Flores: Decoradora exquisita

Se nota que Rocío Flores es una mujer con un gusto exquisito por la decoración. Por eso, ella ha cuidado mucho este apartado de la casa. También lo ha ido mostrando en las stories de Instagram y por sus redes sociales.

Todo lo que hemos podido cotillear de su casa nueva nos ha parecido espectacular. Es una casa bastante amplia pero de corte minimalista. Incluso se permite alguna extravagancia en algunos puntos que rozan lo fantasioso.

Lo que podemos ver es que no hay ninguna habitación sobrante. Cada sala de esa casa tiene su funcionalidad. Todas las habitaciones intentar ser diáfanas y ordenadas. Y en algunos lugares se observa perfectamente la esencia de Rocío Flores.

¿Y cómo podemos detectar la personalidad de Rocío Flores a la hora de sus decoraciones? Muy sencillo, nos debemos fijar en esos espacios repletos de peluches de unicornio y pegatinas con mensajes positivos. Y sobre todo, el color rosado.