Las mascarillas se han convertido, en cuestión de un año, en un elemento imprescindible cuando salimos de casa. Tanto en la calle, como en cualquier lugar público cerrado, estos productos de protección son ya parte del día a día. En oficinas, transporte público, colegios o universidades, las mascarillas son, además de obligatorias, claves para evitar la propagación del Covid-19. Pero su uso diario y en periodos de tiempo prolongados puede provocar daños en la piel, especialmente en las zonas donde hay una mayor compresión, generando irritación y daños cutáneos.
Estos problemas pueden ser especialmente pronunciados en personas propensas a sufrir brotes de acné, aquellas que padecen de rosácea o dermatitis atópica, o las que tienen alergias cutáneas. Por ello, reparar la piel dañada y cuidar las zonas sensibles al uso de la mascarilla es esencial para mantener un rostro saludable.
Actualmente existen rutinas de cuidado y productos específicos para regenerar las zonas de la cara que más sufren después de largas jornadas con mascarilla. Desde mantener una correcta higiene de manos hasta realizar una limpieza en profundidad, los protocolos de cuidado facial son de gran ayuda para combatir la acumulación de bacterias o la falta de transpiración de la piel.
«Del mismo modo que hace doce meses tuvimos que adaptar nuestra rutina para incorporar las mascarillas a nuestras vidas con el objetivo de cuidar de la salud, ahora es de gran importancia introducir al mercado productos que protejan la piel por su uso, absolutamente necesario. En Safe Iberia tenemos el compromiso de proteger a las personas y por ello hemos lanzado nuestra nueva línea de cosmética activa hecha en un laboratorio español, MASKNÉRITUAL, que limpia, protege repara e hidrata el rostro y evita problemas tan comunes como los eccemas o los brotes acnéicos», explica Eduardo Alonso, CEO de Safe Iberia.
Para promover el correcto cuidado de la piel, desde Safe Iberia han elaborado un listado de consejos fáciles de implementar a diario:
Limpiar el rostro dos veces al día: Antes de dormir y al despertarse por la mañana, realizar una limpieza en profundidad de la cara es fundamental para eliminar la suciedad acumulada y preparar la piel para el uso de la mascarilla. Productos como MASKNÉMOU, el mousse limpiador de Safe Iberia, proporcionan una limpieza suave, renuevan el poro y restablecen su equilibrio, regulando la microbiota cutánea. Sus activos hidratan en profundidad, calman y mantienen la piel purificada.
Hidratar la piel de la cara: Una vez se ha llevado a cabo una limpieza facial, las cremas hidratantes específicas para la cara, como MASKNÉCREM, previenen la irritación y el enrojecimiento de la piel provocado por la fricción de las mascarillas. Este cremigel consigue equilibrar la piel, hidratarla y reparar con una barrera de protección activa que la permite respirar. Además, alivia la sensación de picor, la rojez y modula el crecimiento de la microbiota cutánea no deseada.
Mantener una correcta higiene de manos: Junto al uso de la mascarilla, desde el inicio de la pandemia se ha insistido en la importancia de mantener una correcta higiene de manos. De forma casi imperceptible, llevarse las manos a la cara es un gesto común y ello conlleva que parte de las bacterias y la suciedad acumulada en las extremidades termine en el rostro. Por ello, lo geles o sprays hidroalcohólicos son esenciales a diario. Conviene utilizar aquellos elaborados con productos que no dañen la piel, como HANDHI, con una formulación hidroalcohólica específica que actúa limpiando en profundidad sin agredir la epidermis.
Reemplazar la mascarilla en función de sus horas útiles: Cada tipo de mascarilla tiene un periodo de vida útil. Después de esas horas de uso, en las que protege, su utilización pasa a ser perjudicial, ya que no solo pierde totalmente su eficacia, sino que pasa a ser un foco de bacterias y de suciedad que daña la piel y pone en riesgo la salud. Es imprescindible reemplazar la mascarilla una vez finalicen las horas de vida útil que marca el fabricante.
Utilizar la mascarilla recomendada según el espacio: Hasta ahora, se ha generado cierta desinformación con respecto a qué mascarilla se debe utilizar para cada ocasión. Las mascarillas quirúrgicas, que son productos sanitarios, son las ideales para utilizar en el día a día, tanto en la calle como en espacios públicos cerrados. Por otro lado, la FFP2 está indicada para uso profesional, en situaciones en las que se está expuesto a un alto grado de patógenos externos. Las FFP2 proporcionan un menor grado de respirabilidad, lo que afecta también a la respirabilidad de los poros, siendo mucho más agresivas con la piel de la cara. Por tanto, el uso de mascarillas quirúrgicas minimizará el daño cutáneo frente a otros tipos de productos no sanitarios, como las FFP2, que provocan mayor roce e irritación