La directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, ha avisado, con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra el próximo 8 de marzo, de que las desigualdades y la violencia de género y entrecruzadas frenan la vida de mujeres.
«La crisis del COVID-19 ha hecho retroceder el progreso hacia la igualdad. Ha ampliado la brecha entre mujeres y hombres en riqueza, ingresos, acceso a servicios, carga de cuidados no remunerados, estatus y poder», ha lamentado.
Y es que, prosigue, hasta 20 millones más de niñas en edad de asistir a la escuela secundaria podrían terminar sin escolarizar tras la crisis, y es posible que muchas «nunca regresen» a la escuela o tengan acceso a habilidades y oportunidades económicas. Del mismo modo, ha advertido de que dos millones y medio más de niñas corren ahora el riesgo de contraer matrimonio infantil en los próximos cinco años.
«La pandemia ha puesto de relieve que incluso antes del COVID-19 se estimaba que 34 millones de niñas de entre 12 y 14 años no asistían a la escuela, una de cada tres mujeres en todo el mundo informó haber experimentado violencia física o sexual y mujeres en todo el mundo trabajan más horas por menos o ningún pago», ha detallado la directora ejecutiva de ONUSIDA.
Las mujeres que ya estaban estigmatizadas se encuentran entre las más afectadas por los impactos de la pandemia. En este sentido, Byanyima ha señalado que la repentina pérdida de los medios de vida de las trabajadoras sexuales y su falta de acceso a la atención médica y la protección social han intensificado sus vulnerabilidades, especialmente para las personas que viven con el VIH.
«Muchas mujeres migrantes y trabajadoras precarias afectadas negativamente por la pandemia quedan excluidas de los programas gubernamentales de protección y socorro, así como de los servicios de salud. El estigma, la discriminación y la criminalización ponen a las mujeres transgénero y a las mujeres que consumen drogas a un mayor riesgo de contraer el VIH y otras infecciones de transmisión sexual, y les impiden acceder a los servicios de prevención, tratamiento y atención del VIH», ha añadido.
Por todo ello, ONUSIDA, ONU Mujeres, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y el Fondo de Población de las Naciones Unidas han convocado un amplio movimiento, ‘Education Plus’, para trabajar con los gobiernos para asegurar los cambios transformadores que permitirán a todos de las adolescentes africanas para estar en la escuela «seguras y fuertes.
Eso incluye a todas las niñas que fueron expulsadas de la escuela durante la crisis de COVID-19 y las que fueron excluidas de la escuela incluso antes de que estallara la crisis. «Superar la crisis de COVID-19 y poner fin a las nuevas infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el sida requieren que nos acerquemos a las desigualdades que generan vulnerabilidades», ha apostillado zanjado.