Casi un millón de niños y niñas en España (950.000) viven en hogares monomarentales y casi la mitad (47,3%) están en riesgo de pobreza, una tasa 20 puntos superior al riesgo de pobreza medio en el país (27,4%), según un informe del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil del Gobierno.
El estudio, titulado ‘Madre no hay más que una: monoparentalidad, género y pobreza infantil’ y presentado este viernes 5 de marzo, revela que los hogares monoparentales han aumentado en los últimos 15 años en España hasta representar en torno a 1 de cada 10 hogares con niños, niñas y adolescentes.
En concreto, el informe señala que en España hay 1,9 millones de hogares monoparentales, de los cuales 890.000 son hogares monoparentales con al menos un menor de 18 años y los otros 971.000 tienen hijos mayores de 18 años.
De los 890.000 hogares monoparentales con hijos menores a cargo, 611.000 son simples (solo el progenitor con los niños) y 279.000 son núcleos monoparentales con otros convivientes. En este último caso, la mayoría de estos convivientes son familiares (234.000 hogares), mientras que los 45.000 restantes conviven con otras personas sin vínculo familiar.
Atendiendo a los hogares monoparentales donde el progenitor y los niños viven con otro familiar, en 184.000 de estos núcleos el familiar es el abuelo o abuela, mientras que en los 50.000 hogares restantes, el familiar es una hermana o una prima.
Además, del informe se desprende que de los 1,9 millones de hogaresmonoparentales, más de 8 de cada 10 están encabezados por mujeres y sufren una mayor situación de vulnerabilidad en comparación con el resto de hogares con niños, niñas y adolescentes.
Así, el estudio precisa que el riesgo de pobreza para menores en hogares monomarentales simples es 20 puntos superior (47,3%) al riesgo medio en España (27,4%). El riesgo es aún mayor para los que viven en núcleos monoparentales con otros convivientes (52,3%).
Además, entre los niños, niñas y adolescentes en hogares monomarentales simples, la privación material severa alcanza el 13,5%, más del doble de la tasa general (6%). Esta cifra se incrementa hasta el 15,7% en el caso de hogares formados por un núcleo monoparental con otros convivientes.
«Los hogares monomarentales tienen mayor riesgo de pobreza», ha constatado Gabriela Jorquera, del equipo técnico del Alto Comisionado para la Pobreza Infantil.
Durante la presentación del informe, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo, ha subrayado que «la pobreza inicial no se puede convertir en una condena para siempre» y ha añadido que el Estado «no puede flaquear» en la protección a los menores que viven en hogares monomarentales, ante la «irresponsabilidad» de los padres que «dejan solas» a las mujeres con sus hijos.
«La pobreza infantil avanza cuando se produce la ruptura de los progenitores. Tenemos estadísticas que indican que fundamentalmente esto ocurre por la inercia del propio patriarcado que deja a las mujeres solas con menores», ha precisado Calvo, subrayado que la «irresponsabilidad» de algunos progenitores «convoca al Estado con toda la potencia a proteger a la infancia».
De los datos se desprende que en más de la mitad de los hogares monomarentales simples (la madre con sus hijos), el estado civil de la progenitora es divorciada o separada. La situación es diferente en los hogares monomarentales donde viven con otros convivientes. En este caso, la mayoría de las madres (54%) son solteras y más jóvenes.
En cuanto al nivel de estudios alcanzado, el informe muestra que en los hogares monomarentales simples, el 42% de estas madres tienen estudios superiores, frente a un 33% que solo tienen estudios primarios. El porcentaje de madres universitarias cae al 24% en el caso de los núcleos monomarentales con otros convivientes.
La directora del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, Carmen Gallo, ha explicado que este informe es el primero de una serie sobre pobreza de la infancia, con el objetivo de conocer mejor las características de estos hogares y proponer medidas y políticas adecuadas a las situación de estas familias.