España se sitúa a la cola de Europa en cuando a puntos de recarga para vehículos eléctricos, ya que apenas hay en el territorio nacional 10 estaciones de carga por cada 100.000 habitantes, quedando por detrás de países como Italia, Francia o Portugal, y muy lejos de Noruega e Islandia, que tienen más de 160 y 140 puntos de carga por cada 100.000 ciudadanos, respectivamente.
Según datos de un informe elaborado por la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive), en números brutos, España solo se posiciona por delante de estados con Islandia o Portugal y en niveles similares a Suiza y Países Bajos.
«No ha sido hasta el año pasado cuando parece que hemos empezado a cambiar la tendencia. A pesar de ello, Italia nos lleva mucha ventaja y solo Portugal e Islandia se encuentran considerablemente por debajo. Mientras que en lo que respecta al total de estaciones por cada 100.000 habitantes, estamos a la zaga de las principales potencias europeas», han lamentado desde Aedive.
El número de puntos de recarga de acceso público instalados en España a finales de 2020 era de 7.971, lo que supone 2.468 más que un año antes, un 45% más. De este total, unos 6.200 son cargadores de como máximo 22 kilovatios, un 78% del total, mientras que unos 1.750 poseen una potencia de más de 22 kilovatios, un 22% de los disponibles.
Considerando el número de vehículos eléctricos enchufables y los puntos de recarga de acceso público, la relación entre unos y otros establece un rato de 12 a 1 en la actualidad, o que supone un incremento del 33%.
«Esta situación demandará a corto plazo un incremento sustancial de las instalaciones de puntos de recarga de acceso público, pues la flota de vehículos electrificados crece a un ritmo superior al 70% frente al crecimiento del 45% de las instalaciones», ha reivindicado Aedive.
De cara a cuántos cargadores rápidos y ultrarrápidos serán necesarios en España, la asociación ha explicado que el 80% de las necesidades de carga de los usuarios de vehículos eléctricos se realizan en su punto de carga doméstico o en su lugar de trabajo.
Sin embargo, según sus cálculos, serán preciosos como mínimo unas 2.220 ubicaciones en las carreteras españolas de todo tipo. Si en cada ubicación, de media, hay cuatro cargadores, esto supondría 8.880 cargadores rápidos y ultrarrápidos. Esto permitiría tener una estación por cada 300 kilómetros. Un objetivo que deberá ser revisado a medida que aumente la flota.
Para conseguir todos estos objetivos, la organización ha indicado la importancia de que se incremente la partida del plan Moves destinada a infraestructuras de recarga; de que las instalaciones en suelo público se liciten de forma homogénea; de una ventanilla única para las administraciones con el fin de resolver dudas sobre permisos y agilizar trámites, o de declarar de interés estratégico nacional las infraestructuras de más de 250 kilovatios.