Los criterios de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que la vacuna de AstraZeneca podría ampliar su administración a población de hasta 65 años, por lo que el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) solicita al Ministerio de Sanidad la revisión de su estrategia de vacunación, «con el fin de dinamizar el ritmo de inmunización y eliminar las trabas autoimpuestas», y que «exceden» las recomendaciones de los organismo sanitarios internacionales.
El máximo órgano colegial del colectivo médico recuerda que ésta decisión ya se ha tomado en países como Francia y Alemania y que, teniendo en cuenta el ritmo de vacunación en España, que es «muy lento», se hace necesario una revisión de la estrategia de vacunación en la que se asuman «consideraciones mucho más amplias que el interés clínico individual».
Así, pide no hacer distinción entre las vacunas y tener en cuenta que el principal criterio para la administración de las vacunas ha de ser por ahora la edad en orden descendente, y la velocidad de vacunación se debe incrementar sustancialmente para llegar cuanto antes a las edades medias de la vida, que son las que concentran a su vez la mayor parte de los factores de riesgo para la Covid-19 grave.
«Por eso no nos podemos detener en diferencias, más teóricas que reales en la práctica, entre las diferentes vacunas, generando paradojas como las que ofrece la mencionada Estrategia, que está permitiendo que se vacunen antes docentes y policías de menos de 55 años (grupo 6), que sus propios compañeros de edades superiores (grupo 8)», advierten.
Asimismo, entienden que si los datos observacionales o de ensayos clínicos permitiesen afirmar más adelante que alguna de las vacunas es en la práctica netamente superior, y la disponibilidad real fuera suficiente, «cabe plantearse reorientar la compra futura hacia alguna de las alternativas, o considerar individualmente su uso diferenciado según criterio médico, pero en este momento, en plena pandemia, con una adquisición centralizada a nivel europeo y una cobertura vacunal menor del 5%, esa consideración es completamente estéril».
Asimismo, dudan que haya sido una buena idea dispersar la estrategia de vacunación en varios frentes. Ahora, en este sentido, el CGCOM exige que «las administraciones vacunen a los médicos y médicas del ámbito privado en las mismas condiciones que a los del sector público y que ésta se produzca en todas las Comunidades Autónomas por igual, algo que constatamos, no está ocurriendo y constituye un incumplimiento del Protocolo y una clara discriminación y un evidente riesgo para la ciudadanía atendida por estos profesionales».
«La peor de las vacunas es la que no se administra, y no debemos mantener unidades en las neveras mientras haya personas sin vacunar. Máxime cuando se prevé la entrada de esas dosis atrasadas de la vacuna de AstraZeneca y otras, basadas en vectores virales de características semejantes», concluyen.