El comisario jubilado José Manuel Villarejo ha señalado este jueves tras comparecer ante el juez de la Audiencia Nacional que instruye la causa ‘Tándem’ que quiere colaborar con la justicia y declarar «por 100 piezas porque 30 son muy pocas», y ha avisado de que su objetivo ahora es «desenmascarar a todos».
Con traje oscuro, gorra calada, parche en el ojo izquierdo y como único apoyo documental una libretilla verde tipo ‘moleskine’, el comisario se presentaba poco antes de las 10.00 horas en al sede de la Audiencia Nacional para declarar por las piezas 26 y 29 de ‘Tándem’, encargos de los menos relevantes que se conocen. Tras unas dos horas y media en el interior, el comisario se ha acercado a los medios para responder durante más de diez minutos a sus preguntas, recordando antes de empezar que sigue siendo comisario mientras enseñaba su carné profesional.
«No voy a ir contra nadie, nada más quiero defenderme, y por supuesto voy a desenmascarar a todos», ha dicho el comisario, que ha insistido en que mientras no haya condena existe una presunción de inocencia sobre su persona. «Hoy empieza para mí el punto cero, voy a poder defenderme, que hasta ahora no he podido (…), y quiero colaborar con la Justicia, como he hecho toda la vida», ha destacado.
Así, ha señalado que su intención ahora que está en libertad, salió ayer de la cárcel de Estremera después de tres años y cuatro meses en prisión provisional, es «declarar sobre todo», incluso sobre la Operación Cataluña, la supuesta campaña de intoxicación informativa que se habría gestado en el Ministerio de Interior para desacreditar a los líderes independentistas.
«He pedido declarar voluntariamente de todo y la Ley de Enjuiciamiento Criminal debería permitirme declarar», ha señalado para luego apuntar que no le dejan –sin especificar quien– y que «unas veces dicen que las grabaciones no valen porque era comisario en activo». Preguntado por a quién quiere desenmascarar, el comisario ha precisado que se ha ofrecido al magistrado para «hablar absolutamente de todo» y que no le vale que le digan que hay ley de secretos oficiales «para unas cosas y para otras no».
Sobre esas horas y horas de grabaciones que se le incautaron, y sobre los terabytes de información que se tratan de desencriptar, Villarejo ha explicado que «el 90 por ciento de las grabaciones» que realizó «las hizo el CNI», y que no lo veía mal «porque tenía un trabajo delicado» y era bueno «que hubiera control». «Pero no pensé que estaban tan zumbados como para montar este show», ha añadido.
CARGA CONTRA FÉLIX SANZ ROLDÁN
Esa ha sido una de las muchas referencias que ha realizado sobre la figura del que fuera director del CNI Félix Sanz Roldán, al que ha calificado de «lord protector de la Corona» y al que ha acusado de tratar de encapsularle en colaboración con sus «amigos» de la Fiscalía y de Podemos porque le estaba «tocando las narices».
«El gran protector de la Corona, creo no ha sido muy habilidoso a la hora de proteger a su señor», haciendo referencia a las investigaciones que Fiscalía tiene abiertas en torno a las actividades del rey emérito Juan Carlos I. Pero la crítica a Sanz Roldán no ha quedado aquí, pues ha indicado que la investigación de sus actividades comenzó cuando empezó «a cuestionar» los «trabajos» del CNI. «Ningún secreto aguanta el tiempo», ha remarcado.
Así, ha instado a que se investigue quien ha «filtrado» todos los audios y documentados que han salido publicados en prensa mientras él ha permanecido en prisión y que le expliquen «cómo se maneja desde una celda los resortes y esas cosas de ser el más malo de este país».
«Es que es alucinante estar en la celda, de 5 metros cuadrados, con todo intervenido, con todas las comunicaciones y de pronto decir que Villarejo filtra y que Villarejo es un mentiroso, pero al mismo tiempo que afecta a la seguridad del Estado», ha lamentado.
Con todo ello, Villarejo ha admitido ante los medios de comunicación que confía en que «toda esta patraña», en alusión a la causa judicial que se sigue contra él, «verá la luz» una vez que pueda empezar a defenderse.
Parte de su estrategia de defensa se ha podido intuir cuando ha señalado que él nunca fue un policía «normal», que no tuvo despacho y que casi todo su trabajo privado era condicionado por su «interés público».
En este punto ha explicado que al igual que «se hace en muchos países», él cobraba a las empresas a las que ayudaba, y que «muchas veces era de interés estratégico para España», por lo que ha asegurado que se siente «orgulloso de haber sido policía» y de haber «ayudado» a su país.
LAS AGENDAS INCAUTADAS
Asimismo, ha adelantado que va a pedir copia de toda la documentación que se le incautó en el registro de su domicilio y ha señalado que le parece «sorprendente» que de dichos documentos «solo sale el 10 por ciento».
Entre la documentación intervenida se encuentran las agendas en las que el comisario jubilado ha ido apuntado el desarrollo de los presuntos encargos de espionaje que distintas empresas le han hecho –y están siendo investigadas en la Audiencia Nacional– o los contactos que ha tenido con diversas personas, algunas muy relevantes.
Villarejo se ha referido también a estos apuntes y ha recalcado que de lo único que se ha valido es de «una libreta y un papel», enseñando el cuaderno verde que ha llevado a su comparecencia ante el juez. «Este era mi ordenador», ha bromeado, al tiempo que ha agregado que «más de uno» se ha puesto «nervioso» con las anotaciones, algo que, según ha dicho, no pretendía.
Si bien ha sido preguntado por los medios por algunas de las piezas clave del caso, el comisario ha sabido esquivar aseveraciones sobre las mismas –«me preguntan de piezas sobre las que tengo que defenderme»– y así por ejemplo no ha señalado nada concreto en relación a la operación ‘Kitchen’ y los seguimientos al extesorero del PP Luis Bárcenas.
«ME HAN MIRADO EL ESFÍNTER BUSCANDO UN TELÉFONO»
Es más, ha querido poner el foco en que ahora lo que busca es recuperar su vida, a su hija, y ayudar a su mujer, Gemma Alcalá, «con este quebranto». Que nos han saqueado todo como en Roma, han destruido, aniquilado y robado», ha apuntado, para luego señalar que ha podido ver como sus relojes los tiene «gente de la Unidad de Asuntos Internos» que alardea diciendo «mira un peluco de Villarejo.
También ha agradecedido el esfuerzo empleado por su abogado, Antonio José García Cabrera, durante su tiempo en prisión provisional, así como a la Fiscalía Anticorrupción por pedir su libertad y al juez por decretarla, ha querido pedir perdón porque en algunas de sus declaraciones ha sido un «desabrido», lo que ha justificado por su «sensación de impunidad».
Asimismo, ha vuelto a denunciar el mal trato recibido en prisión y ha apuntado que le han «puesto en pelotas mil veces» y le han «mirado el esfínter para ver si tenia un teléfono». «Me hubiera hecho mucha ilusión haber tenido una terminación de ese tipo», se ha jactado.
Por último, ha añadido que con su salida quien tiene que tener miedo son «todos los que no creen en la Justicia y que creen que se puede usar para la venganza y para engañar al país». Y ha vuelto a hacer referencia al ex director del CNI, «quien maneja los resortes», y ha añadido que se le debe preguntar por el archivo ‘Jano’.
El propio Villarejo definió ese archivo en 2019 como un dossier con información sobre «vicios y virtudes de las personalidades más relevantes del país», que incluía una carpeta denominada ‘control de togas’ referida a los jueces y fiscales.