Es una creencia popular que el estrés engorda, pero habría que matizarla. Lo que realmente hace que ganes peso es todo aquello que te comes de más, sea o no por causa de este desorden. Y es que el estrés crónico afecta directamente a nuestro sueño y desequilibra nuestros niveles de azúcar, lo que provoca una acusada sensación de hambre que te lleva a comer descontroladamente y engordar.
El estrés es, junto al insomnio y la ansiedad, uno de los trastornos por los que más personas acuden a consulta. Y como las otras dos, no solo deja secuelas psicológicas, sino también efectos físicos indeseables. Uno de ellos es la ingesta descontrolada de alimentos y la consecuente ganancia de peso.
2LAS MUJERES ESTRESADAS, MÁS PROPENSAS A ENGORDAR
Las mujeres sometidas a un elevado nivel de estrés en el trabajo tienen más riesgo de aumentar de peso, según un estudio realizado a 3.800 personas por expertos de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) y que fue publicado en la revista ‘International Archives of Occupational and Environmental Health’ en 2018
De esta forma, los investigadores comprobaron que la exposición a largo plazo a las altos niveles de estrés laboral desempeñaban un papel sólo para las mujeres, ya que la mitad de ellas ganó de peso, un 20 por ciento más que en aquellas que no estaban estresadas.
«No hemos investigado las causas subyacentes, pero podría tratarse de una combinación de demandas de trabajo y la mayor responsabilidad por el hogar que las mujeres a menudo asumen. Esto puede hacer que sea difícil encontrar poco tiempo para hacer ejercicio y llevar una vida saludable», dijeron los expertos.