Tras la controversia generada por la información que apuntaba a que las Infantas Elena y Cristina habrían aprovechado su última visita al Rey Juan Carlos en los Emiratos Árabes para ponerse la vacuna contra el Coronavirus, la Duquesa de Lugo decidió salir al paso de los rumores y, después de pasar en el interior del Palacio de la Zarzuela varias horas, emitía un comunicado confirmando – y justificando – la noticia de su vacunación.
En dicho comunicado, enviado a varios medios de comunicación, Doña Elena admitía que se habían puesto la vacuna y lo justificaba como modo de obtener el pasaporte sanitario para poder visitar a su padre en Abu Dabi: «Con el objeto de tener un pasaporte sanitario que nos permitiera hacerlo regularmente, se nos ofreció la posibilidad de vacunarnos, a lo que accedimos. De no ser por esta circunstancia, habríamos accedido al turno de vacunación en España cuando nos hubiera correspondido».
Tras esta «confesión» por parte de la hermana del Rey Felipe VI justificando el motivo de su vacunación e intentando acabar con la polémica, Doña Elena llegaba a su domicilio en el madrileño barrio de Retiro con evidente disgusto. Conduciendo su propio coche, y molesta por la presencia de las cámaras a las puertas de su garaje, hacía un gesto de negación con el dedo, dejando claro que no iba a pronunciarse sobre el asunto más allá del comunicado que había emitido horas antes.
Esta mañana, visiblemente más tranquila y continuando una rutina que no ha abandonado en ningún momento pese a la polémica, la Infanta Elena ha abandonado su casa a primera hora de la mañana para poner rumbo a su puesto de trabajo en la Fundación Mapfre. Muy seria, y al volante de su propio coche, la hija mayor de los Reyes eméritos ha evitado pronunciarse sobre su comunicado admitiendo públicamente su vacunación en los Emiratos Árabes contra el Coronavirus y explicando los motivos por los que Doña Cristina y ella se la pusieron.