El estrés generado por la pandemia «agrava los síntomas digestivos»

Un 15 por ciento de la población padece trastornos funcionales digestivos, cuyos síntomas pueden agravarse debido a las situaciones de estrés derivadas de la pandemia, según los datos recopilados por la Asociación Española de Gastroenterología (AEG), la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

Por ello, estas sociedades han puesto en marcha el curso Trastornos Motores Funcionales Digestivos, en colaboración con Laboratorios Norgine, ante la complejidad que implica el diagnóstico de estas patologías para especialistas de Atención Primaria (AP) y Atención Hospitalaria, sobre todo ahora que durante la pandemia ha emergido una nueva modalidad de consulta, la consulta telefónica.

Así, el objetivo del curso es dotar a los médicos de herramientas que les permitan un abordaje integral de los pacientes que acuden a su consulta con problemas digestivos de este tipo, siendo los más frecuentes la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), el estreñimiento, la diarrea, el síndrome del intestino irritable (SII) y la dispepsia.

«Sin duda el momento que estamos viviendo genera muchas situaciones de estrés y ansiedad, y cambios en el estilo de vida y en la alimentación en la población y, para aquellas personas que sufren de forma persistente síntomas vinculados a trastornos funcionales digestivos, la situación puede ser complicada», apunta el doctor Jordi Serra, coordinador general del curso y miembro de la AEG.

En este sentido, señala que un estudio reciente publicado en la revista ‘Clinical Medicine’ confirma que los síntomas de los trastornos funcionales digestivos pueden agravarse por comportamientos desadaptativos del paciente, el estrés o la comorbilidad psicológica.

Por ello, con este curso, buscan «proporcionar al profesional sanitario herramientas útiles en la práctica clínica diaria de este tipo de enfermedades digestivas que les facilite el manejo de estos trastornos complejos, sobre todo ahora que muchas consultas son por vía telefónica», indica. Este tipo de trastornos «se caracterizan por presentar síntomas crónicos y recidivantes, por lo que los pacientes necesitan de un seguimiento y un control para tener una mejor calidad de vida», señala.

Estos trastornos están asociados a alteraciones de la motilidad, sensibilidad, permeabilidad, microbiota y procesamiento central de los impulsos sensoriales digestivos. Suponen una causa importante de consumo de recursos sanitarios, tanto por las visitas médicas que implican, ahora en muchos casos relegadas al teléfono y lo que esto conlleva, como por los procedimientos diagnóstico y por los tratamientos farmacológicos y no farmacológicos», subraya la doctora Mercedes Ricote, coordinadora del Grupo de Trabajo de Aparato Digestivo de SEMERGEN.

INSATISFACCIÓN DEL PACIENTE

A diferencia de lo que ocurre con otras patologías, para los trastornos funcionales y motores digestivos no existe un test diagnóstico positivo, por lo que su diagnóstico se basa fundamentalmente en la exclusión.

«Esto, unido a la ausencia de un tratamiento curativo y a las propias características de la enfermedad, que se vuelve crónica, y sus síntomas repetidos, conduce a la insatisfacción del paciente y del médico que lo trata», comenta la doctora Laura Quintás, del Grupo de Trabajo de Digestivo de la SEMG.

«Como consecuencia de todo esto, el paciente se involucra en una espiral de pruebas y visitas a distintos especialistas hospitalarios, sin resultados satisfactorios», expresa, y continúa, «por eso uno de los objetivos del curso es que los profesionales de AP conozcan bien los criterios de derivación al hospital, la aportación de esta interconsulta y cómo debe ser después el seguimiento por su parte», concluye.