Ecologistas en Acción se ha congratulado este jueves de la decisión del Organismo Autónomo Parques Nacionales de no renovar la concesión de las pistas de esquí alpino Escaparate, Telégrafo y El Bosque, en Navacerrada.
La organización recuerda que el movimiento ecologista madrileño lleva desde 1993 oponiéndose a la estación de esquí. «Teniendo en cuenta el contexto de emergencia climática en la que nos encontramos, debería desmantelarse el resto de pistas de esquí y remontes, como los de Guarramillas», consideran.
Corría septiembre de 1993 cuando cuatro jóvenes se encadenaban a las máquinas que excavaban un depósito subterráneo en el alto del Telégrafo, a poca distancia del puerto de Navacerrada. Mientras tanto, un grupo de personas protestaban a pie de obra.
La excavación formaba parte de los trabajos para instalar cañones de nieve artificial en las pistas de una pequeña estación de esquí, con la intención de prolongar la temporada de nieve. La cosa terminó con la detención por la Guardia Civil de los cuatro jóvenes, denunciados por los responsables de las obras, la Comunidad de Madrid.
Esos cañones de nieve solo eran la punta de lanza de un proyecto ambicioso para convertir el puerto de Navacerrada y sus alrededores en un centro de ocio con un macro aparcamiento, un túnel para el tráfico en el mismo puerto y diversas instalaciones más. Los cañones de nieve salieron adelante, los cuatro ecologistas fueron juzgados, y la causa archivada sin cargos.
«Pero las pistas y sus instalaciones aledañas se quedaron allí, agujereando la montaña y atrayendo miles de madrileños cuando la nieve se dignaba hacer acto de presencia. La presión social combinada con derivas económicas hizo que el gobierno madrileño abandonase el resto del proyecto. Sin embargo, durante los siguientes 26 años la estación de esquí de Navacerrada ha ido languideciendo entre subidas de temperatura, inviernos cada vez más cortos y solicitudes de ayuda económica de quienes se hicieron cargo de su explotación», indican los ecologistas.
También señalan que se intervenía en el ciclo del agua del río Eresma, que no está en territorio madrileño, «se apostaba por un desarrollo insostenible, se apoya la masificación del puerto y el uso intensivo del vehículo privado, trasladando usos urbanos al corazón de la montaña, y se creaban varios problemas para el futuro: colapso de tráfico en temporada de nieve, destrucción del medio, contaminación, e inviabilidad a medio plazo de las instalaciones a causa del cambio climático».
El movimiento ecologista madrileño argumentó todo eso en diferentes ocasiones y ante diferentes responsables de la Comunidad de Madrid, «pero nadie hizo caso».
La noticia de que el Organismo Autónomo Parques Nacionales ha decidido no prolongar la concesión de la estación de esquí de Navacerrada es «muy bien recibida» por Ecologistas en Acción porque «supone recuperar la cordura, recuperar una parte de la Sierra de Guadarrama para el Parque Nacional y porque es un avance en la protección de nuestras montañas».
Ahora, esperan que el desmantelamiento de las instalaciones se haga lo antes posible, «recuperando todo aquello que se destruyó con las obras de 1993». «Es imprescindible restaurar la vegetación en el suelo ocupado por las pistas, reordenar y limitar el paso del tráfico privado y encaminar los usos, en la zona, hacia actividades sostenibles y compatibles con su conservación. Además, debe darse un paso más y desmantelar el resto de pistas de esquí y remontes, como los de Guarramillas», consideran.