El racismo es mucho más que la suma de prejuicios y actitudes individuales; es sistémico, institucional y se sustenta en un discurso colectivo de privilegio y denigración. Los teóricos críticos de la raza investigan cómo este está codificado en instituciones, organizaciones, prácticas culturales y las interacciones cotidianas de las personas.
HABLEMOS DEL RACISMO Y SUS TIPOS
Hay diferentes niveles de racismo, racismo directo e indirecto, racismo intencional y no intencional, diferentes lugares de racismo y una gama de frecuencias de racismo.
El racismo institucional conduce a la exclusión de los vecindarios, los trabajos, las escuelas, la política, la atención médica y la atención de la salud mental; mayor exposición a peligros ambientales; mayor riesgo de arresto, encarcelamiento y uso de fuerza letal; y menores expectativas de vida.
Las palabras «racista» y «racismo» se han usado tan en exceso que ahora constituyen obstáculos para la comprensión y el diálogo interracial sobre cuestiones sociales.
En lugar de la práctica actual de referirse virtualmente a todo lo que va mal o mal con respecto a la raza como ‘racismo’, deberíamos reconocer un vocabulario moral mucho más amplio para caracterizar los males raciales: insensibilidad racial, ignorancia racial, injusticia racial, malestar racial, exclusión racial.
Al mismo tiempo, deberíamos fijarnos en una definición de «racismo» que sea continua con su uso histórico y evite la inflación conceptual.
Sugerimos dos formas básicas y distintas de racismo que cumplen con esta condición: el racismo antipatía y el racismo inferiorizador. También debemos reconocer que no todas las acciones racialmente objetables se realizan por motivos racistas y que no todos los estereotipos raciales son racistas.
Ser intimidado o experimentar racismo puede hacer que los niños se sientan tristes, enojados, deprimidos y excluidos. Puede hacerlos temerosos y menos propensos a participar en la escuela. Incluso puede afectar su salud física, incluidas reacciones de estrés como aumento de la frecuencia cardíaca y dolores de cabeza.
Depende de los adultos preocupados en su vida asegurarse de que se detenga el comportamiento racista y el acoso.
¿QUÉ ES EL RACISMO?
Es cualquier actitud o comportamiento que asume que alguien es inferior debido a su color de piel o raza. Puede tomar muchas formas, desde bromas o comentarios que causan ofensa (tal vez sin intención) hasta acoso e intimidación o abuso físico y violencia.
Este puede excluir directa o indirectamente a las personas del acceso a los servicios o de participar en actividades laborales, educativas, deportivas y sociales. También puede ocurrir a nivel sistémico o institucional a través de políticas, condiciones o prácticas que perjudiquen a ciertos grupos.
¿QUÉ ES EL ACOSO RACIAL?
La intimidación racial, o acoso, es cuando alguien es sometido a abuso verbal, físico o emocional, en persona o en línea, debido a su raza o color de piel. Para los niños y los jóvenes, el acoso racial en la escuela podría ser su experiencia más común de racismo.
¿Qué es la discriminación racial?
La discriminación racial es cuando una persona es tratada de manera menos favorable que otra en una situación similar debido a su raza, color, ascendencia, origen nacional o étnico o estatus migratorio.
A veces, la discriminación implica tratar a las personas de manera diferente de una manera obvia, por ejemplo, un conductor de autobús o taxi puede negarse a llevar a un pasajero debido a su origen racial o color de piel. Esto se denomina «discriminación directa».
A veces, la discriminación proviene de una regla o política que es la misma para todos, pero tiene un efecto injusto en personas de una raza, color, religión u origen en particular.
Por ejemplo, si un club deportivo tiene una regla que establece que no se permiten sombreros en el campo, esto podría afectar injustamente a personas de algunos orígenes raciales o étnicos. Esto se llama «discriminación indirecta».
RECONOCIENDO EL RACISMO
El niño o joven bajo su cuidado puede estar experimentando racismo si los adultos o los niños:
- Negarse a jugar o sentarse junto a ellos.
- Excluirlos de los grupos sociales.
- Burlarse de su ropa, comida o apariencia.
- Ridiculizar o imitar sus acentos o gestos.
- Escribir grafitis o usar un lenguaje despectivo dirigido contra su familia o grupo cultural.
- Hacer declaraciones estereotipadas.
- Hacer suposiciones sobre sus habilidades basadas en su origen cultural.
- Presenciar el comportamiento racista y permitir que no se cuestione.
- No responda a las quejas de racismo.
- Anglicizar su nombre les guste o no.
- Obligarlos a participar en actividades que van en contra de sus creencias culturales o religiosas.
- No les permita hablar su idioma de nacimiento.
- Repartir formas más severas de disciplina, favoreciendo a los niños de su propio origen cultural.
- Usar un comportamiento intimidante, como robar, dañar la propiedad personal, burlarse y acechar, porque el niño o joven es visto como diferente.
- Emprender peleas o agredirlos físicamente debido a su origen cultura.
¡Digamos no al racismo y orientemos a los niños y adultos hacia el respeto y la tolerancia!