Probablemente hayas oído hablar del panko, si no pues estás de suerte porque conocerás un poco de este magnífico alimento. Hay quienes lo conocen como pan rallado japonés, y si bien tiene parecido con el pan rallado de siempre, existen algunas características que los diferencian.
Por ejemplo el panko son mingas secas, las cuales se transforman en escamas o copos de pan que sustituyen al pan rallado tradicional en la cocina asiática. Este ingrediente suele ser usado para empanar, gratinar o espolvorear, especialmente se usa en las recetar fritas y de esta forma hacer que las preparaciones sean crujientes pero al mismo tiempo ligeras.
El resultado son alimentos rebozados y con una presentación divina, generalmente con un tono dorado. Gracias a la preparación particular del panko, este permite que los alimentos preparados en este ingrediente, permanezcan crujientes por más tiempo que los alimentos preparados con pan rallado tradicional.
El panko fue desarrollado durante la Segunda Guerra Mundial y desde entonces se ha usado para preparar múltiples preparaciones, especialmente hechas con pescado. A simple vista el panko luce mucho más “desmenuzable” que el pan rallado convencional, además que es blanco. Para fabricar el panko se emplea pan blanco rallado y se prepara a través del calentamiento óhmico.
Diferencias entre el pan rallado y el panko
Una característica del panko en comparación al pan rallado tradicional, es que el primero es mucho más ligero que este último. Esto se debe a que para preparar el panko se emplea pan blanco muy blanco, método que no se aplica en occidente.
Por otro lado el panko es elaborado a partir de pan blanco sin costra, lo cual permite que sus rebozados sean mucho más crujientes y ligeros que el pan rallado tradicional.
De igual forma, el panko no se pulveriza, esta es una característica notoria, pues las escamas quedarán con un tamaño más grande e irregulares en comparación a las migas de pan rallado.
El panco es usado en la preparación de carnes veganas, ya que permite que tomen volumen y al mismo tiempo facilita su manipulación al no permitir que se desarme.
A diferencia del pan rallado, el panko se mantiene crujiente aún después de absorber grandes cantidades de aceite.
Usos del panko en la cocina
El panko se suele usar para preparar carnes, mariscos, vegetales o pescados. Pero sin importar para qué plato se use, el pan rallado japonés le dará ese característico color dorado y textura crocante, pero ligera.
Su efecto “crunch” se debe a que al diferencia del pan rallado tradicional, el panko se hincha al freírse. Al absorber aire y expandirse, no permite que el aceite llegue a la carne, las verduras o el pescado, evitando así que absorban parte de la grasa.
Como resultado de esto, el panko permite que los alimentos sean un poco más sanos pero sin dejar a un lado ese delicioso sabor de la fritura.
Receta para preparar panko casero
Si bien puedes comprar este ingrediente en cualquier tienda de alimentos o supermercado, también podrás prepararlo en tu propia casa. Lo mejor es que es una receta sumamente económica, además de que podrás preparar todo el panko que desees.
Una vez que lo prepares podrás almacenarlo en un recipiente con sellado hermético, así podrá durar algunas semanas, aunque lo mejor es comerlo recién hecho. Para ello solo vas a necesitar lo siguiente:
- Pan blanco de molde (sin corteza).
Preparación:
- Comienza cortando el las rebanadas de pan en pequeños trozos, pero asegúrate de que todos tengan el mismo tamaño.
- Luego precalienta el horno a unos 100°C.
- Después tritura el pan en una procesadora o picadora, esto permitirá que obtenga su tan característica forma de copos o escamas. Ten en cuenta que no debes procesar el pan por demasiado tiempo, de lo contrario al ser tan tierno se podría pegar y no terminaría con el acabado deseado.
- A continuación, coloca un poco de papel engrasado sobre la base de alguna bandeja para hornos o algún molde. Una vez hecho esto, comienza a colocar los trozos de pan sobre este.
- Asegúrate que los trozos no estén muy juntos o no se tostaran adecuadamente. Lo ideal es que estén bien dispersos para que quedes perfectamente tostados.
- Ingresa la bandeja al horno, específicamente en el centro de este. Es recomendable que cuente con calor por encima y por abajo para que se seque de manera uniforme.
- Solo tardará 10 minutos, luego deberás comprobar que tengan la textura perfecta. Tampoco dejes que se pasen de este tiempo o se tostarán demasiado. El objetivo es que las migas se permanezcan un poco blandas. Pero si han quedado demasiado blandas, podrás removerlas con una cuchara de madera y regresarlas al horno durante unos 3 minutos más.
Y listo, así de fácil es crear panko casero. Podrás comenzar a usarlo para rebozar tus comidas antes de freírlas, y una vez que hayas terminado de usarlo podrás guardarlo en un recipiente hermético y evita guardarlo en el refrigerador o se estropeará rápidamente.
También podrás agregarle un poco de ajo el polvo, perejil o queso parmesano rallado. Estas opciones no solo le darán un poco de sabor al panko, sino que el parmesano le dará un toque cremoso al rebozado.