El aceite de oliva es uno de los mejores productos que nos ofrece la dieta mediterránea. No podemos olvidar que esta es una de las dietas más saludables y equilibradas del mundo. El aceite de oliva es un aliado increíble a la hora de prevenir diferentes enfermedades como ciertos tipos de cáncer, la artritis, la diabetes de tipo II e incluso ayuda a prevenir el alzheimer y a perder peso.
Sin embargo, es evidente que el aceite que utilizamos para freír no puede reciclarse para aderezar una ensalada. Todos utilizamos un aceite diferente para freír, pero no solemos tener claro cuántas veces puede utilizarse sin resultar perjudicial. A lo largo de este artículo trataremos de aclararlo.
1Debemos prestar atención al punto de humeo del aceite
En primer lugar, tenemos que prestar atención al punto de humeo del aceite. Este es el indicativo preciso de que el aceite está caliente, también es el momento en el que sus propiedades comienzan a cambiar. Y es que si sometemos el aceite a temperaturas muy elevadas durante un tiempo se transforma y puede incluso volverse tóxico. Y es que la termodegradación puede llegar a generar sustancias que resultan perjudiciales para nuestro organismo.
Dicho de otro modo, cuando el aceite empieza a emitir humo es porque se está iniciando un proceso de combustión de la grasa. Con el humo se produce también acroleína, un producto tóxico que en grandes dosis puede resultar cancerígeno.