El Banco de Suecia (Riksbank), el banco central más antiguo del mundo, debe estar preparado para innovar y abordar su labor de perseguir la estabilidad de precios con amplitud de miras respecto de sus herramientas de política monetaria, según ha señalado la subgobernadora de la institución, Anna Breman, en referencia a medidas no aplicadas como el ‘helicóptero de dinero’, los tipos ultrabajos, el control de la curva de rendimientos o los tipos duales, pero presentes en el debate público.
«La pandemia y sus consecuencias económicas han dejado perfectamente claro que no podemos predecir cómo será la próxima crisis económica, ni en lo que respecta a qué la desencadenará ni qué tipo de respuesta de política monetaria puede necesitar», reconoció Breman durante un seminario web, donde subrayó que «esto significa que se requerirá innovación y nuevas ideas en la política monetaria para poder seguir cumpliendo con la tarea de mantener la estabilidad de precios en Suecia».
En este sentido, la subgobernadora del Riksbank explicó que, debido a que los tipos de interés a nivel global son muy bajos, la política fiscal cobra cada vez mayor importancia en la lucha contra el impacto de las recesiones, al mismo tiempo que hace necesario plantearse cómo abordar de la mejor manera futuras crisis mediante el trabajo conjunto de las políticas fiscal y monetaria.
«También necesitamos examinar cómo debería ser el límite entre la política monetaria y la política fiscal», añadió Breman, para quien «es totalmente posible ampliar aún más la caja de herramientas».
De este modo, puso sobre la mesa distintas herramientas que aún no se han utilizado, pero que están presentes en el debate público, como los tipos de interés muy negativos o los tipos de interés duales, así como el control de la curva de rendimiento o el llamado ‘helicóptero de dinero’, apuntando que, en caso de necesidad de más estímulo a corto plazo, ve más cerca aumentar las compras del QE y fijar tipos negativos para las operaciones de refinanciación, aunque «ninguna de las herramientas comentadas puede descartarse siempre que sean legales».
En el caso del ‘helicóptero de dinero, planteado teóricamente por Milton Friedman en 1969 y que también se conoce como ‘QE para la gente‘, la subgobernadora del Riksbank señaló que la introducción de una moneda digital centralizada, como la e-corona, ofrecería la posibilidad técnica de que el banco central inyectase dinero en las cuentas de los ciudadanos con la entidad y destacó el reciente experimento realizado por el Banco Popular de China, que mediante un sorteo proporcionó alrededor de 12 millones de coronas (1,2 millones de euros) en moneda digital para realizar compras en la ciudad de Shenzen.
«La QE para la gente puede parecer una herramienta eficaz para hacer que la inflación aumente», apuntó Breman, señalando, sin embargo, que también se podría cuestionar que esta modalidad de ‘helicóptero de dinero’ implicaría que el Riksbank estaba llevando a cabo política fiscal.
De este modo, aunque admitió que «la situación legal con respecto a esta herramienta no está clara», opinó que las decisiones sobre qué hogares deben recibir dinero del erario público debería basarse en consideraciones políticas, y estas corresponden a la política fiscal, no a la política monetaria.
Otra modalidad de ‘helicóptero de dinero’ planteada sería aquella por la que se usan las reservas del banco central en la financiación de la política fiscal expansiva para responder al impacto de la crisis, aunque la banquera sueca recordó que esta opción es considerada ilegal en la Unión Europea, lo que la descartaría mientras dicha prohibición esté en vigor, añadiendo, además, que los actuales tipos bajos no hacen más barato financiarse a través del banco central que aumentando el endeudamiento público.
El Riksbank, considerado el banco central más antiguo del mundo, puesto que sus orígenes se remontan a 1668, también es una de las instituciones más innovadoras en la implementación de su política monetaria y ha sido uno de los pocos bancos centrales a nivel mundial, junto al Banco Nacional de Suiza, el Banco de Dinamarca, el Banco de Japón y el Banco Central Europeo que aplicó tipos de interés negativos en respuesta a la pasada crisis.
De hecho, en diciembre de 2019 se convirtió en la primera de las cinco instituciones en abandonar el terreno negativo al situar la tasa de referencia en el 0% desde enero de 2020, acabando así con la política de tipos negativos que mantenía la institución desde febrero de 2015.