Siendo hija de Mónica Bellucci y Vincent Cassel, y habiendo heredado la belleza explosiva de su madre y el innegable atractivo y magnetismo de su padre, era cuestión de tiempo que Deva Cassel se hiciese un nombre propio en el star system internacional. Y ahora, con su primera portada de Harper’s Bazaar la joven posa por primera vez para una cabecera española y nos demuestra lo maravillosa que puede ser la genética en ocasiones.
Deva, que hasta el momento se ha mantenido lejos del foco de atención gracias a la perseverancia de sus padres, se convierte en la protagonista absoluta de la portada del número de marzo de la prestigiosa revista de moda: «Recuerdo el momento en el que descubrí la portada en un quiosco con mis amigos. ¡Me sentí abrumada y feliz!», relata ilusionada.
La joven, de tan solo 16 años, acudió a la producción acompañada por su padre y demostró que ser hija de una de las parejas más mediáticas del star system imprime carácter. Deva derrochó soltura y parece que ha nacido para estar delante de una cámara: «Voy al instituto, así que es difícil encontrar tiempo para trabajar en esta industria tanto como me gustaría», confiesa.
Vincent y Monica se separaron en 2013, tras 14 años juntos, aunque ambos están volcados en la educación de las dos hijas fruto de su matrimonio: Deva y Léonie, de diez años. «¿El mejor consejo que me han dado? Mantén la cabeza sobre los hombros, como siempre dicen mis padres», declara.
Optimista y enérgica, Deva practica CrossFit y surf en sus ratos libres, y tiene pendiente un viaje a Japón. «Estoy deseando conocer Tokio y Kioto. La cultura nipona me fascina», asegura. Sin duda, la joven, que guarda un espectacular parecido con su madre, tiene un gran futuro por delante y sin siquiera haber alcanzado la mayoría de edad, ha cumplido uno de sus sueños: convertirse en embajadora de Dolce & Gabbana, una de las casas de costura más influyentes del mundo.