Cuando la joven Diana conoció al Príncipe Carlos su vida cambió por completo y no precisamente por convertirse de la noche a la mañana en la persona más perseguida por los paparazzis y los medios de comunicación, sino porque se metió en el bucle del que no consiguió salir en su vida. Al principio le vio como un hombre interesante, atento, cariñoso, cuidadoso… pero lo cierto es que todo era una fachada de mentira que se caería pocos meses después.
Cuando se dieron el ‘Sí, quiero’ el Príncipe Carlos le dio con la primera en la frente invitando a Camila Parker a su compromiso con Lady Diana… algo que no sentó nada bien a la joven princesa y que les costó la primera discusión. El hijo de la Reina Isabel II sabía que tenía que comprometerse con una mujer sumisa, con buena imagen pública e inexperta en temas amorosos para calar en la sociedad y conseguir el cariño que el pueblo estaba perdiendo con la corona. Y lo consiguió.
Lady Diana caló en el pueblo, pero no por su sumisión al Príncipe Carlos, sino por su revelación. Y es que la Princesa no se calló ni una, mostró su enfado cuando lo sentía, su sonrisa cuando se alegraba, sus lágrimas cuando la humillaban y demostró siempre ser independiente no solo a su marido, sino a la Corona. Ella no necesitaba protocolos ni medidas de seguridad, iba por libre y cuando más se mezclaba con los ciudadanos más feliz era porque durante todo el tiempo que vivió en casa Real se sintió más sola que nunca.
De esta manera hablamos de una estrategia bien clara por parte del Príncipe Carlos, quien se casó por obligación, pero no por amor. Un protocolo que debió seguir igual que hicieron sus antepasados, casarse, tener hijos y mostrar una vida perfecta que no existía. ¿El problema? Que la persona que tenía al lado se cansó y gritó, haciéndolo bien alto porque Lady Di se convirtió en la primera persona de una Casa Real en ser icono por su personalidad tan arrolladora.
Un matrimonio que tenía su muerte anunciada desde que se conocieron ya que ninguno de los dos estaban al mismo nivel, ni si quiera tenían las mismas pretensiones. A la vista está, hay a quien le ciega el poder y el que utiliza esa posición para convertirse en un icono mundial, ayudando y solidarizándose con causas sociales que nunca olvidaremos.