El Gobierno sostiene que el hecho de que la selección española de fútbol vaya a jugar contra la de Kosovo en el marco de la fase de clasificación para el Mundial de Qatar de 2022 no cambia en nada la postura de no reconocer como independiente a esta antigua provincia serbia, y por tanto no necesita buscar una sede neutral.
Así lo ha hecho saber el Ejecutivo en respuesta a una pregunta parlamentaria formulada por Vox, a cuyos diputados les interesa saber si el Gobierno se plantea «exigir a la Federación Española de Fútbol que el partido de vuelta se dispute en un campo neutral en vista que España no reconoce la existencia de Kosovo como Estado».
En su argumentación, los de Santiago Abascal destacan que Kosovo ha manifestado su interés en que el partido de ida se juegue en Prístina, mientras que el de vuelta tendría que ser en territorio español.
Según recuerdan, en mayo de 2019 el Comité Ejecutivo de la UEFA «decidió que los equipos que no quieran jugar contra clubes de Kosovo o seleccionados nacionales kosovares en su territorio podrían organizar sus partidos como locales en terreno neutral».
En este sentido, subrayan que «España renunció a ser anfitrión de la ronda elite del Europeo sub-17 jugada a finales del pasado marzo contra Grecia, Kosovo y Ucrania, que finalmente se jugó en Nyon (Suiza)».
España es uno de los pocos países de la UE que no reconocen la independencia de Kosovo, declarada en febrero de 2008 de forma unilateral, junto a Grecia, Rumanía, Eslovaquia y Chipre. Se da la circunstancia de que en el mismo Grupo B para la clasificación en el que está la selección española también se encuentran Grecia y Georgia, que tampoco han reconocido la independencia.
En su respuesta, el Gobierno considera «innecesario» recurrir a que el partido de vuelta se juegue en un campo neutral «para mantener la postura de España de no reconocimiento del territorio de Kosovo».
Así, defiende que dicha postura «es plenamente conforme con el Derecho Internacional y sus principios básicos, de los que se deriva que la declaración de independencia de dicho territorio fue un acto unilateral y no conforme con el Derecho Internacional.
«Dicha postura no se ve en absoluto cuestionada por el hecho de disputar un encuentro de fútbol», insiste el Ejecutivo, que manifiesta que «el objetivo de España es el de auspiciar un acuerdo entre Belgrado y Pristina».