El FC Barcelona y Ronald Koeman tenían una prueba de fuego ante el PSG en esta eliminatoria de octavos de final de la Champions League; sin embargo, el combate terminó por la vía rápida y con un K.O. de época que hace el partido de vuelta un simple trámite. Los parisinos se merendaron al equipo azulgrana con un contundente 1-4, gracias a una actuación espectacular de Kylian Mbappé; aunque es claro que la mayoría de las críticas van contra los jugadores, el técnico neerlandés también se lleva su buena cuota de culpa. El duro revés no solo hace pasar otro trago amargo a la afición culé, que debe sumar una noche negra más a su larga lista de recientes derrotas europeas; también supone una revaluación total de lo que será el Barça en el futuro cercano si de verdad quiere salir pronto del agujero en el que se encuentra metido.
Del análisis que se puede hacer del descalabro del Barcelona pueden surgir muchos matices y las culpas suelen dividirse en varios sectores; pero el denominador común que aparece en todos los aspectos es el del entrenador. Koeman llegó al equipo blaugrana para fungir como esa imagen autoritaria y que le quitaría poder de decisión a un vestuario muy acostumbrado a hacer su voluntad; además de eso trataría de elevar el nivel del equipo sacando provecho de algunos jóvenes, fichajes importantes y canteranos que no se le había dado tanto espacio en el pasado. No obstante, ya los meses han pasado y no se ha podido visualizar un cambio resaltante en el funcionamiento de al escuadra; por eso, el que parece destinado a ganar las elecciones, Joan Laporta, tendría pensado dejar fuera al neerlandés del proyecto a partir del próximo verano, todo debido a sus múltiples errores en el banquillo.
Koeman no gana en las grandes citas
Los «méritos» de Koeman son varios y ya ocupan mucho peso en un club necesitaba un cambio de imagen después de tantos tropiezos, pero que hasta ahora solo ha ganado una nueva decepción con más de lo mismo. El neerlandés empezó fuerte y sus cambios parece que se quedaron a medias tanto que las consecuencias han sido desastrosas: en Liga están muy lejos del Atlético de Madrid debido a su pobre juego, la pérdida de un estilo distinguible y esa dependencia de Messi que realza lo mal que está el resto de la plantilla; además en Copa del Rey sufrieron en cada eliminatoria con equipos en teoría inferiores y en semifinales el Sevilla ya demostró que no están en un buen nivel; y en la Supercopa de España perdieron de forma increíble contra el Athletic Club por una dejadez y falta de decisión del propio entrenador.
Esas malas decisiones, los pobres resultados y el nulo juego del equipo convergieron ante el PSG para dejar patente la peor consecuencia de todas: Koeman no se luce en las grandes citas. Ante el Athletic Club han ganado dos veces en Liga, pero en la final de Supercopa palmaron por su falta de temple y de criterio del neerlandés; el Real Madrid, pese su irregular andar, y el Sevilla bajaron de las nubes a un Barcelona que supuestamente llegaba en buen momento a esos partidos. El último gran reto que enfrentó fue ante el PSG y salió muy mal parado, lo que deja el único título en el cual todavía podían luchar completamente perdido. Casi sin posibilidades de obtener títulos y su incapacidad de responder en los partidos de nivel se suman como los últimos «méritos» de un Koeman que ya está prácticamente fuera del club.
Erik ten Hag es otro posible sustituto
Con ese panorama tan desolador, aún sin sumarle la más que segura marcha de Lionel Messi a final de campaña, parece que llegará Laporta a la presidencia. El problema que tendrá el dirigente azulgrana es que su solución puede ser la desdicha; porque todo cambiaría con traer a un nuevo técnico, pero la deuda tan grande que tiene el club podría hacer que pagarle el finiquito a Koeman sea imposible y por ese motivo deba quedarse. Sin embargo, si el papel del equipo sigue decayendo, el nuevo mandatario tendrá que asumir que el club deberá endeudarse, pagarle al neerlandés y traer una cara nueva al banquillo que tenga la personalidad para, de una vez por todas, llevar de nuevo a la entidad catalana a la gloria en cada uno de los frentes en los que compita la próxima campaña.
Para la gran mayoría el favorito es Xavi Hernández, aunque en los últimos días la prensa ha destacado el nombre de Erik ten Hag, entrenador del Ajax; que ya estuvo ligado al Barça hace dos campañas para relevar a Valverde y al final se trajo a Quique Setién para el cargo. Con un estilo muy del gusto blaugrana, de toque y posesión, y con una buena trayectoria en el equipo neerlandés, su fichaje puede ser una solución más que aceptable. Los únicos problemas que tendría serían su poca experiencia en un equipo de élite y que no habla español; pero son cuestiones que pueden superarse si en el campo se logran expresar sus ideas. Koeman ya parece tener las horas contadas y solo quedará esperar a que no empeoren más las cosas de aquí al final de una temporada que será para el olvido.