Barcelona cifra en medio millón los daños en las calles por los altercados en protestas por Hasél

El teniente de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, ha cifrado este viernes en entre 400.000 y 500.000 euros los daños que se han producido en el espacio público de Barcelona tras tres noches de altercados en las protestas por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél.

Este balance incluye los daños a contenedores, el alumbrado, la señalización de la ciudad y el asfalto, pero no «daños a consecuencia del pillaje» a comercios, ha informado en una entrevista en Rac1.

El también exdirector de los Mossos d’Esquadra ha atribuido los disturbios a grupos violentos y organizados: «Son gente que está entre nosotros. Salen de la propia sociedad barcelonesa y de la propia sociedad catalana. Este es un tema que como país debemos analizar y saber cuáles son sus causas».

«Son exactamente los mismos que los protagonizaron en el otoño de 2019, no tengo ninguna duda», y ha sostenido que también existe un efecto mimético por el que otras personas se suman a estos grupos.

También ha considerado «absolutamente lamentable» el ataque a la sede de ‘El Periódico’ de Barcelona, y ha tachado de paradójico agredir a medios de comunicación y a periodistas en manifestaciones que defienden la libertad.

«CONDENA ROTUNDA»

Batlle ha lamentado la ausencia de «una condena rotunda», a su juicio, por parte de partidos políticos, entidades sociales y en apoyo a los servicios públicos.

En cambio, ha sostenido el Gobierno municipal ha actuado con «mucha coherencia» condenando los hechos, y ha expresado su apoyo a los servicios públicos, la ciudadanía y los comerciantes afectados por los disturbios.

Al preguntársele por que el conseller de Interior, Miquel Sàmper, apostara por revisar el modelo de seguridad tras los incidentes, ha dicho que los responsables de seguridad deben ser coherentes y decir lo mismo «por la mañana, por la tarde y por la noche».

Preguntado sobre si es partidario de prohibir los proyectiles de foam, ha dicho: «Son debates que deben hacerse muy en frío, valorándolo todo. No hay nada peor que tomar decisiones precipitadas al hilo de acontecimientos que pueden ser muy dolorosos pero que son puntuales».