El Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats) ha dicho no tener «nada que objetar» a la negativa del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, a pronunciarse sobre el agua, que es un tema que no es de su competencia, pero cree que este argumento «se quiebra» cuando «acude a visitar una planta privada de desalación, que da servicio a regantes, obviamente».
Así, el ministro ha rechazado pronunciarse sobre el agua en alguna reunión a la que el presidente del Sindicato, Lucas Jiménez, acudió como miembro de la Comisión Permanente de Fenacore, ya que eso «corresponde a su compañera de gabinete y superior la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
«Aunque mal negocio es la agricultura desligada del agua, o más correcto resulta decir, imposible negocio», según el Scrats, que considera que es de «dudosa responsabilidad ministerial de alimentación si no se preocupa por el sector más activo en este sentido de Europa».
«Ni siquiera tenemos nada que objetar, faltaría más, a que se reúna con agricultores de la Región de Murcia», según el Sindicato que, al contrario, considera que el ministro «debería haberse prodigado mucho más por estas tierras y visitado a muchos más de las decenas de miles de agricultores que, de todos los tamaños, practican el noble oficio de la agricultura en estas regiones».
El propio Scrats solicitó una reunión con el ministro en su momento, cosa a la que se ha negado. «Y nada diríamos hoy si su hilo argumental no se hubiera torcido y mucho», añade.
El Sindicato ha mostrado el «mayor de los respetos» y su «admiración» al trabajo de la Comunidad de Regantes visitada este jueves por Planas.
«Cualquier comunidad de regantes hubiera estado encantada de recibir en su sede al señor ministro, faltaría más, pero con esa visita el Ministro deja patente quizá no sus intenciones, caso de que albergue alguna para el sector, sino las de aquella para la que el señor ministro cumple el encargo de visitar la planta desaladora, su vicepresidenta y ministra del ramo hídrico, Teresa Ribera», según el Scrats.
A su juicio, el encargo es «obvio» y pretende «dar un mensaje claro: el ámbito competencial del ministro, la agricultura y la alimentación, tiene un papel secundario para el Gobierno de la nación», según el Sindicato, que cree que el objetivo del Ejecutivo es «mantener el buen estado de las masas de agua, sin más» y la actividad humana que se desarrolla con ellas «está de más».
En segundo lugar, cree que el encargo pretende dar a entender que el Gobierno de la nación «no cree en absoluto en el trasvase», y no cree en que pueda tener «función alguna, por motivos única y exclusivamente ideológicos». En su opinión, el Gobierno de la nación «se posiciona, por imposición de la ministra y vicepresidenta Ribera, con las tesis más alejadas del progreso educado y sostenible».
«Ese es el mensaje del Gobierno a través de su emisario el ministro de Agricultura: no aceptamos el Trasvase por cuestiones ideológicas», según el Sindicato, que cree que «no hay otra explicación para esa animadversión sin fuste».
«No dudamos de que, personalmente, el Ministro pueda albergar buenas intenciones para con el regadío de esta Región, pero de buenas intenciones está asfaltado el infierno de la agricultura levantina», ha aseverado.
Ha recordado que la ministra del MITECO «ha recibido a la práctica totalidad de los que objetan contra el regadío en Murcia, Alicante y Almería; y no se ha querido reunir con nuestra organización o cualquier otra que implique actividad humana afecta al agua».
«El Ministro de agricultura pasa de lado por Murcia sin querer ver a la organización que aglutina a más de ochenta mil regantes en el Levante. Jamás el regadío levantino ha estado tan huérfano de afectos administrativos», ha concluido.