Al abrir una lata de conservas, es una práctica común retirar el líquido y que acabe en el fregadero o por el desagüe. Seguro que más de uno lo habremos hecho alguna vez. Una de las razones de esta costumbre es la creencia de que este líquido lleva conservantes para preservar el alimento o que son grasas añadidas, pero esto no es del todo cierto.
En realidad, el nombre correcto para este líquido es «líquido de cobertura» y, generalmente, se compone de aceite de oliva o agua y sal y nada más. Estos sencillos ingredientes naturales son suficientes para que las conservas estén protegidas y se mantengan perfectas. Lo que hace que perduren en el tiempo es el proceso de esterilización, no es necesario ningún tipo de conservante artificial.
La preservación de alimentos bañados en un líquido (casi siempre aceite de oliva) no es precisamente una práctica moderna. Ya los griegos y etruscos empleaban este método y fue en la época de Napoleón cuando se hizo más popular, hasta llegar a ser el procedimiento estándar que es hoy en día.
¿Para qué sirve este líquido?
El líquido de conserva no sólo sirve para proteger el alimento de agentes externos, sino que completa sus propiedades y ensalza su sabor, mejorándolo con el tiempo. Además de estas ventajas puramente prácticas o gustativas, el líquido de cobertura aporta muchos otros beneficios que enumera la conservera Frinsa:
Caldo o aliño instantáneo: el líquido de las conservas al natural, compuesto por agua y sal, supone un caldo de pescado o marisco con un sabor intenso listo para tomar o para emplear en cualquier guiso o receta. De igual forma, el líquido de cobertura a base de aceite de oliva sirve como un aliño perfecto para ensaladas, pastas o cualquier otro plato que necesite un plus de sabor. ¡Y todo listo para tomar!
Aporta beneficios nutricionales: el líquido de cobertura a base de aceite de oliva añade beneficios nutricionales a los del propio alimento. La Fundación Española del Corazón sostiene que el aceite de oliva es rico en ácido oleico y ayuda a controlar el colesterol y la hipertensión arterial, reducir el riesgo de trombosis y prevenir la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Si no lo usas, ¡congélalo!: Si no necesitas el líquido de cobertura para una receta o para aliñar algún plato no hace falta tirarlo, puedes congelarlo en las cubiteras de hielo y guardarlo para futuras elaboraciones. De esta manera tendrás un saborizante natural siempre disponible y listo para utilizar.
Variedad de productos: Además de las conservas al natural o en aceite de oliva, existen muchos otros líquidos de cobertura, lo que nos aporta una gran variedad de opciones para degustar. Hay en tomate, en escabeche, al ajillo, en salsa de vieiras, al limón etc. Este amplio abanico nos permite elaborar recetas y platos diferentes y nos facilita llevar una alimentación sana y variada.