La Dama de Elche es la protagonista del nuevo libro del arqueólogo Rafael Ramos Fernández, que ofrece «nuevas hipótesis» sobre el devenir de la icónica pieza y reflexiona sobre su poder identitario. «El arte es y ha sido un elemento político que ha constituido un medio para obtener la identidad de los pueblos».
Así lo asegura el especialista en declaraciones con motivo de la publicación de ‘La Dama de Elche. Hallazgo, arqueología e historia’ (Almuzara).
Explicar qué simboliza hoy y qué representó en su época esta obra escultórica es uno de los objetivos de este estudio, en el que el autor analiza la pieza con exhaustividad e incluye en este proyecto todo lo conocido hasta ahora exponiendo nuevas hipótesis cimentadas en el conocimiento que tiene de la sociedad ibérica, de su ritualidad y de su religiosidad.
Entre las principales aportaciones que realiza, figura la identificación de que, después de la Guerra Civil, España «realizó dos acuerdos culturales con Francia y no uno».
«El primero de ellos iba destinado a la recuperación de las obras de arte que durante aquellos años de revueltas habían sido robadas al patrimonio español y se encontraban en territorio francés. El segundo estaba encaminado al desarrollo de un intercambio de obras de arte entre los dos países. Un intercambio que aludía a obras legítimamente compradas por Francia y que constituía la base para el regreso a España de la Dama de Elche entre otras piezas», relata el autor.
Otra aportación destacable es «la relación de las obras de arte que procedentes de las misiones francesas en España habían sido legalmente adquiridas por Francia para el Museo del Louvre, debidamente inventariadas y que en la actualidad se encuentran en paradero desconocido».
Ramos subraya la particular historia de la escultura, con episodios tan interesantes como el relativo a su compra tras su descubrimiento en 1897 en l’Alcúdia por Manuel Campello cuando realizaba labores agrícolas.
Así, explica que el arqueólogo galo Pierre Paris –que quedó entusiasmado con el hallazgo–, dadas las fechas de los acontecimientos, «recurrió a los ahorros de su padre para hacer efectiva la cantidad estipulada para adquisición, dinero que rápidamente fue asumido por el banquero Noël Bardac».
Además, el estudio pone de relieve cómo la Dama, «en su huida de las rapiñas nazis», no salió del Museo del Louvre directamente a Montauban, sino que «permaneció largo tiempo en otros emplazamientos» antes de su regreso a España.
La escultura antropomorfa ibera supone uno de los componentes más importantes de la llamada cultura ibérica y la relevancia social que ha alcanzado como pieza arqueológica es más que notable y sigue vigente. Esta misma semana el Senado ha debatido una moción presentada por Compromís –cuya votación ha sido aplazada– para la cesión permanente desde el Museo Arqueólogico Nacional en Madrid, donde se exhibe actualmente, a su población de origen.
REIVINDICACIÓN DEL REGRESO
Acerca de la reivindicación histórica de la Dama a la Comunitat Valenciana, hace notar que «el arte es y ha sido un elemento político que ha constituido un medio para obtener la identidad de los pueblos».
«Esta dama, durante mucho tiempo, ha sido la representante de la identidad nacional española y, con relación al sitio idóneo de su emplazamiento, al valorar el entorno que debería ocupar, opino que su correcto lugar de exposición es el yacimiento en el que fue descubierta, L’Alcúdia de Elche», asevera.
Asimismo, el experto cree que la excavaciones que realiza la Universidad de Alicante en las inmediaciones del lugar de su hallazgo «portarán, sin duda, nuevos datos que ampliarán el conocimiento que hasta ahora tenemos de la pieza»
Rafael Ramos Fernández es arqueólogo, integrante de la Real Academia de la Historia, vicepresidente y director de la Fundación Universitaria de Investigación Arqueológica La Alcudia, profesor honorífico de la Universidad de Alicante y miembro de la Asociación Profesional de Arqueólogos de España.
Ha sido director de los museos Arqueológico Alejandro Ramos Folqués y Monográfico de L’Alcúdia; director del Instituto de Etnología de la Comunidad Valenciana; director de las excavaciones arqueológicas de L’Alcúdia, El Parque, El Promontorio y Caramoro; Medalla al Mérito en las Bellas Artes 1996 de la Real Academia de San Carlos, jefe del Departamento de Arqueología y Prehistoria de la Facultad de Letras de la Universidad de Valencia en el CEU de Alicante; secretario de Congresos Nacionales de Arqueología y Numismática, secretario del Consell Valencià de Cultura y presidente de su Comisión de Patrimonio Histórico.