Actualmente la comunidad científica está de acuerdo en afirmar que una alimentación saludable y equilibrada, además de una vida al aire libre y con ejercicio moderado son piezas fundamentales para mantener la calidad de nuestra vida mientras envejecemos. La naturaleza es sabia y está llena de alternativas para ayudarnos a llevar, de la mejor manera posible, el paso del tiempo e incluso rejuvenecernos.
Uno de los secretos mejor guardados y que mejor efectos produce en nuestro organismo es el huevo campero. Sin duda un elixir de juventud que todos tenemos en nuestras neveras y cuyo consumo ayudará que el paso del tiempo en nuestro organismo se note menos.
Incluso podemos ayudar que nuestra genética saque lo mejor de sí misma si la ayudamos con este estilo de vida. Por ello, Pazo de Vilane – empresa decana en la producción de huevo campero – desvela porqué los huevos camperos, independientemente de la edad, son los grandes aliados para afrontar el paso de los años de una manera saludable.
– El huevo campero evita el envejecimiento prematuro de la piel. Si bien las vitaminas A y E ayudan a la hora de prevenir enfermedades cutáneas, la vitamina E además de antioxidante, actúa como barrera natural frente a los rayos solares. Además de vitaminas, el huevo campero proporciona zinc, que ayuda en la psoriasis, la curación de heridas o la dermatitis y selenio, muy beneficioso para evitar cánceres cutáneos o el envejecimiento de los tejidos.
– Memoria de elefante. Además de ejercitar nuestra memoria con juegos de lógica o realizar sudokus, el huevo campero es un gran aliado si queremos prevenir el envejecimiento cerebral. Rico en vitamina B-1, o lo que habitualmente llamamos «vitamina de la memoria», los huevos camperos aportan fósforo y colina, que en el caso de este último ayuda a prevenir el Alzheimer.
– El aliado del corazón sano. Los huevos camperos son muy ricos en nutrientes que pueden ayudar a evitar los accidentes cardiovasculares. La taurina o el selenio, también las vitaminas del Grupo B (que abundan en el huevo) ayudan a prevenir infartos, especialmente la B1 o tiamina, la B5 o el ácido pantoténico, o la B6 o piridoxina. Sin olvidarnos de la vitamina D, tremendamente necesaria para el correcto funcionamiento del corazón.
– Mejora el estado de ánimo y previene la depresión. Se cree que antioxidantes presentes en el huevo campero como el triptófano y la tirosina son protectores frente a la depresión, ya que influyen tanto en el estado de ánimo como en la regulación del sueño. Además, los huevos camperos son ricos en vitamina B1 y magnesio, que podrían contribuir a evitarla.
– Mejores dientes y encías. Hay más posibilidades de disfrutar de una dentadura en perfecto estado y de un envejecimiento saludable en general si controlamos los niveles de calcio, fósforo y vitamina D, todos ellos presentes en los huevos camperos. Mientras que el papel del calcio y del fósforo es fundamental en la lucha contra las caries; la vitamina D ayuda a aumentar la densidad mineral y coopera en la absorción, transporte y depósito del calcio en los huesos que sostienen los dientes.
– Huesos fuertes y músculos sanos. A medida que los años pasan los huesos se van deteriorando. Esa elasticidad que tienen los niños que parecen de goma, no nos acompaña en la edad adulta. La buena noticia es que podemos aminorar el envejecimiento de nuestros huesos y prevenir enfermedades como la osteoporosis, si consumimos mayores cantidades de alimentos ricos en vitamina D, vitamina K, calcio, hierro y fósforo; precisamente, todos ellos presentes en el huevo campero. Además, las proteínas de origen animal del huevo, de alta calidad, y fácilmente masticables son perfectas para mantener nuestros músculos en buen estado.