El rey Felipe VI ha recibido este martes en audiencia a la Junta Directiva de la Asociación Española de Fundaciones (AEF) encabezada por su presidente, Javier Nadal, que le ha trasladado la contribución de las fundaciones a la sociedad, en especial, para paliar los efectos sociales provocados por la covid-19, así como la necesidad de que los poderes públicos cuenten con las fundaciones para los planes de recuperación de los fondos europeos y los planes de futuro de la asociación.
El encuentro, al que también ha asistido el director general de la AEF, Silverio Agea, se ha celebrado en el Palacio de la Zarzuela de Madrid bajo las medidas que exige la emergencia sanitaria, según detalla la AEF.
El presidente de la AEF, en representación de las más de 800 fundaciones que conforman la Asociación Española de Fundaciones, ha agradecido el apoyo que la Casa Real brinda a numerosas fundaciones y ha querido resaltar el valor del sector fundacional, «formado por un tejido rico, diverso y plural de organizaciones que se dedican a atender los más diversos fines de interés general».
Nadal ha puesto en valor la red de solidaridad que conforman las fundaciones y que «dedican más de 8.000 millones anuales a un sinfín de tareas orientadas al bien común: a mejorar la situación de los más vulnerables y de las personas mayores, tan golpeados por la pandemia; a alcanzar la plena integración de las personas con discapacidad; a la salud; a la investigación, a la cultura, y a la educación de los colectivos más diversos; a reducir la brecha social y digital; a facilitar el acceso a estudios de postgrado en las universidades más prestigiosas del mundo; a fomentar la innovación; a la cooperación internacional, al medioambiente y al desarrollo sostenible.
En este sentido, el presidente ha recordado que las fundaciones «no sólo aportan valor social y económico, sino que son uno de los vehículos más idóneos de la filantropía porque canalizan los recursos de donantes, pequeños o grandes, del mecenazgo de particulares y de empresas hacia los fines de interés general».
«Para ello movilizan a más de 480.000 personas que, en calidad de patronos, empleados y voluntarios, forman parte del tejido que articula a la sociedad civil. Es difícil encontrar un ciudadano que no se haya beneficiado de alguna actuación de una fundación. Los beneficiarios del sector se estiman en unos 43 millones de personas», ha subrayado.
La Asociación Española de Fundaciones trabaja desde hace más de 40 años para fortalecer el tejido fundacional y promover el derecho constitucional de fundación para fines de interés general, para profesionalizar el sector, para promover su buen gobierno, para articular la tarea de miles de fundaciones en toda España y su integración en Europa a través de DAFNE (Red Europea de Asociaciones de Fundaciones y Donantes) e Iberoamérica, donde se celebra el foro Encuentros de la Sociedad Civil desde 1992.
La crisis sanitaria y social derivada de la pandemia de la covid-19 también ha estado presente en este encuentro y el presidente de la AEF ha querido reivindicar la capacidad que ha tenido el sector en los últimos meses para responder a unas demandas sociales inéditas hasta ahora.
Como ejemplo de rápida respuesta durante la crisis del coronavirus, Nadal ha citado la Cadena de Solidaridad en la que se implicaron más de cien fundaciones y la distribución de tablets y el apoyo educativo a más de 5.000 familias vulnerables para salvar la brecha educativa que el confinamiento había puesto en evidencia.
Durante la audiencia, el presidente de la AEF también ha querido mencionar el papel que las fundaciones deben tener en el Plan de Recuperación para Europa que la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y los dirigentes de la UE han acordado para allanar el camino hacia la salida de la crisis derivada de la pandemia y sentar las bases para una Europa moderna y más sostenible.
«Las fundaciones aspiran a ser un actor relevante también en los planes de Recuperación, Reconstrucción y Resiliencia, en los que queremos ver una oportunidad para contribuir a una recuperación que no deje a nadie atrás. Las fundaciones pueden ayudar a lograr una recuperación sostenible con proyectos realistas, así como a lograr los objetivos que se ha fijado Europa en la gestión de los fondos: la cohesión social y territorial», ha afirmado Nadal.
«Pero necesitamos que los poderes públicos reconozcan el obligado diálogo con la sociedad civil de la que las fundaciones son parte. Igualmente solicitamos el esfuerzo constante de los protectorados de las Administraciones Públicas en el ejercicio de las competencias que la Ley de Fundaciones les atribuye y la modernización de nuestro modelo de mecenazgo», ha añadido.
Nadal también ha aludido, durante su discurso, a los nuevos proyectos de la asociación «como el de Fundaciones Comunitarias, un movimiento internacional que promueve organizaciones no lucrativas cuyo fin es fortalecer y articular la comunidad en la que trabajan. Estamos también impulsando un movimiento de fundaciones comprometidas con el clima y queremos apoyar más la transformación digital del sector».
Además, ha reseñado el último encuentro de referencia del Tercer Sector, Foro Demos, celebrado el pasado diciembre y en el que participaron más de 600 personas y se dieron cita filántropos, deportistas, filósofos, científicos, educadores, periodistas y políticos.
«En Demos 2020 hemos puesto cara y hemos dado voz a numerosos proyectos fundacionales que han ayudado a mitigar los estragos sociales, económicos y personales de la pandemia y hemos dado a conocer de primera mano la experiencia de sus beneficiarios», ha enfatizado.
Para finalizar su intervención, el presidente de la AEF ha reivindicado el papel de liderazgo que el sector fundacional debe y quiere tener en el nuevo tiempo consecuencia de la pandemia. «Y así queremos transmitirlo a la sociedad», ha concluido.
Según los últimos datos disponibles, el sector fundacional español está formado por 9.218 fundaciones activas, emplea en torno a 267.000 personas, constituye el 0,8% del PIB español, genera un gasto superior a los 8.500 millones de euros, atiende a 43,71 millones de personas (beneficiarios) y realiza actividades en ámbitos diversos de interés general: social, educativo, medioambiental, de investigación o cultural, entre otros.